BAFICI: Demonios tus ojos (2017), de Pedro Aguilera

Demonios tus ojos (España / Colombia – 2017)

Dirección: Pedro Aguilera / Guión: Juan Carlos Sampedro, Pedro Aguilera / Producción: Pedro Aguilera, Ciudad Lunar, Antonello Novellino / Edición: Imanol Ruiz de Lara / Dirección De Fotografía: Miquel Prohens / Intérpretes: Ivana Baquero, Julio Perillan, Lucia Guerrero, Nicolas Coronado, Elisabet Gelabert / Duración: 94 minutos.

PLACER VISUAL

_ Estábamos hablando de la inocencia. Oliver, ¿recordás cuándo perdiste la tuya?

La pregunta de la entrevista lo toma desprevenido, pero le resulta atractiva. En pocos segundos, se zambulle entre los recuerdos de la infancia y adolescencia y se detiene en uno en particular: tenía 15 años y vio cómo el cachorro comprado por el padre a su media hermana menor luchaba por mantener la cabeza fuera del agua de la pileta. Bajó a ayudarlo, pero antes de que pudiera intervenir, el animal se dejó vencer y se ahogó.

_ ¿Se ahogó o lo dejaste ahogar?
_ No… se ahogó, se ahogó – titubea Oliver.

Esta pequeña entrevista en el tren actúa como una introducción de Demonios tus ojos y define los ejes centrales de la película. Por un lado, el constante traspaso entre la ingenuidad y la perversión como elementos fuertemente constitutivos de las personalidades, pensamientos, acciones o sentimientos de los protagonistas, sobre todo, en el vínculo con los demás.

Por el otro, la mirada. En la escena del tren está tan fija en Oliver que pareciera invalidar la incorporación de otro personaje (con la breve excepción de la novia que interrumpe la entrevista unos minutos) en un plano bastante cerrado, como si delimitara su espacio personal y lo volviera un prisionero de los contornos; un gesto que luego imitará el protagonista hasta convertirlo en voyeurismo.

La fascinación mezclada con una pizca de curiosidad tras descubrir un video erótico en la web protagonizado por su media hermana Aurora es el detonante para que el canoso director improvise un viaje a España para visitarla. Y la atracción se vuelve más fuerte por dos razones: la idolatría de la joven hacia él y, más aún, el seguimiento de todas las actividades de la joven mediante una cámara escondida en su habitación y proyectada en las paredes de la casa de Oliver. Dicho registro, reproducido numerosas veces también en la computadora se subraya con las llamadas al celular mientras la espía, las cuales estimulan y acrecientan una tensión sexual, siniestra y ambigua entre ambos.

El director del filme Pedro Aguilera construye dos personajes bien definidos, fuertes e intensos que se aprisionan cada vez más en un ambiente cerrado, asfixiante y efímero; un juego circular, en donde los registros y la acción de mirar/ ser mirado se vuelven aspectos vitales y excitantes.

Por Brenda Caletti
@117Brenn

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