MDQFEST33: La migración (2018), de Ezequiel Acuña

La migración (Perú – 2018)
MDQFest33: Competencia Latinoamericana

Dirección y Guion: Ezequiel Acuña / Producción: Alonso Elías Alfaro / Fotografía: Fernando Cobián / Montaje: Ezequiel Acuña, Tirso Vásquez / Dirección de Arte: Manuel Bianchi Ferrand / Música: Santino Amigo, Submarino, Ismael González, Gustavo Compagnone / Intérpretes: Santiago Pedrero, Paulina Bazán, Mateo Vega, Julián Reyes / Duración: 80 minutos

Es curioso el “síndrome Antoine Doinel”. ¿Ha incentivado su presencia la inclusión de películas que continúan historias con personajes que vimos hace años? ¿O será la reciente Boyhood de Linklater el faro para una nueva moda? Por lo menos tres títulos de esta edición del Festival retoman situaciones y protagonistas de los cuales parece que todavía hay que decir algo. En este sentido, en La migración, Ezequiel Acuña regresa con sus jóvenes viejos, principalmente con Guille, un músico atado al pasado, a un paraíso que no fue pero que dejó marcas suficientes como para no olvidar. Ha transcurrido el tiempo y esta vez el protagonista se dirige a Lima, para seguir el rastro de Nico, compañero de la banda que, pese a estar ausente, se siente en pantalla. En este trayecto se cruza con la hija de su amigo (un descubrimiento cinematográfico el de la chica) con la cual entabla una relación de complicidad, cariño y conocimiento, no exenta de tensión erótica.

Acuña entiende muy bien los materiales con los que trabaja y se consagra a ellos. Por momentos, esta dedicación parece excesiva (el uso de la música omnipresente, las ralentizaciones), sin embargo, no se puede negar que se juega a favor de los signos que destacan a una generación de perdedores (en su concepción más benévola). Guille podría ser un personaje de Linklater o de tantos exponentes del Indie americano, aquellos que se presentan contagiados de melancolía, que no han sabido resolver sus contradicciones internas o apostar a los designios del corazón. Entonces, lo que resta es soltar los escombros y refundarse. Por ello la inclusión de jóvenes que con su espontaneidad y sus rituales le enseñarán a despedirse de una etapa en la que la música y los vínculos eran otra cosa. Son el contrapunto perfecto para apaciguar el lema implícito en la película de que todo tiempo pasado fue mejor.

Puede que la complacencia de ciertos pasajes para con reconocidos clisés independientes le reste unos puntos, no obstante, La migración es una película tranquila, disfrutable, que se sostiene muy bien en los personajes y que abre un horizonte interesante para una última parte que cerraría perfectamente el itinerario existencial de Guille.

Por Guillermo Colantonio
@guillermocolant

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1 COMENTARIO

  1. que flash comparar a este nabo de director con truffautt, o a Antoine Doinel con el pelagatos de pedrero. Lejisimos de Nadar solo,su unica pelicula que zafa, otra vez este director te mete en una burbuja de pendejedas que solo entiende la generacion que ya debe tener como 40

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