Entrevista a Inés María Barrionuevo, directora de «Atlántida»

Este año el cine producido en la provincia de Córdoba llegó a Berlín de la mano de Atlátinda, de la realizadora Inés María Barrionuevo. Luego de un largo trayecto en el circuito de festivales el filme fue estrenado recientemente en Córdoba y luego en Buenos Aires. Daniel Cholakian conversó con la directora sobre la película, el modo de producción y la idea de Cine Cordobés, entre otros tópicos.

¿Cómo se origina el proyecto y cuál fue el formato de producción con el que se realizó la película?

El proyecto se originó hace más de cinco años. Una primera versión del guión se la llevé a Paola Suarez, la productora. Nos presentamos al concurso federal Raymundo Gleyzer y lo ganamos, eso nos posibilitó presentarnos al subsidio por segunda vez vía INCAA. Eso, más un crédito de la provincia de Córdoba nos posibilito hacer la película.

Podríamos incluir a Atlántida en un grupo de películas que asumen el minimalismo, los espacios pequeños, las historias mínimas –e incluso perdidas-. Forma parte de una nueva tradición de historias de adolescentes, un día, una casa, un pueblo. ¿Cómo definiste como realizadora, en relación a ese marco, al pensar formalmente la película?

Yo no sé cómo definir la película, pensé en lo que quería contar y como lo quería contar. Si es minimalista o no, creo que no lo sé, supongo que es una reflexión que puede hacer la gente al verla. Creo que de lo que uno hace se desprende un estilo, pero esas son cuestiones intuitivas. Yo a la película la veo casi como un documental de aventuras y hay gente que me dice que es como que “no pasa nada”, son cuestiones muy subjetivas. A mí me gustan mucho las películas de adolescentes pero no todas son iguales, es como decir que las películas en donde una pareja heterosexual se enamora son todas iguales. Los temas son siempre los mismos ¿no? El amor, el desamor, la violencia, la muerte… el desafío es como contar lo mismo de otra manera.

Formalmente pensé una película en movimiento, adolescentes en búsqueda. Para esto siempre pensamos una cámara que los siguiera, acompañándolos. Hay muchos planos largos o secuencias por esa misma razón.

¿Cuál es la mirada que propones sobre la familia como espacio dramático / narrativo?

La familia puede ser un padre, una madre, dos padres, un tío o un perro. Hoy el concepto de familia debe cambiar hacia ese lugar porque las mismas relaciones se dan de esta manera, las leyes deben alcanzar lo que ya se está viviendo. En Atlántida la familia son dos hermanas solas porque los padres no están, es decir, están pero fuera de campo, se han ido ese día. Para mí esto es interesante porque los padres ausentes es una forma en la que muchos viven su infancia y adolescencia. La padres trabajan todo el día y los niños son criados por otros pero no creo que eso este mal o bien, es como se da la sociedad.

Atlántida sobresale por su trabajo de puesta en escena. Hay una construcción minuciosa de los personajes, una mirada que reconstruye los escenarios para dotarlos en su simpleza de entidad dramática y un muy sencillo –pero para nada anodino- trabajo actoral. ¿Cuáles son las claves en el guión y en la realización para obtener este resultado?

La clave es mucho trabajo. Me rodeé de un equipo técnico y humano que me acompaño muchísimo. Es importante saber lo que uno quiere y rodearse de gente que sepa más y que te aporte, técnica y humanamente. La película es de muchos, yo solamente la dirigí y la escribí.

Por otro lado creo que es importante la sinceridad, suena cursi pero es así. Ser sincero con lo que uno quiere hacer y no olvidarse de eso. Hay que trabajar mucho antes del rodaje, sobre todo cuando una tiene poca experiencia es muy fácil confundirse y salirse del camino. Yo trabajé mucho sobre el guión para poder sentirme segura durante el rodaje. Luego pusimos el acento en lo actoral, con un casting extenso y sobre los vínculos entre los personajes.

Trabajamos mucho en el casting junto a Soledad San Martín. Fue una tarea de muchos meses en la búsqueda. Hicimos casting en los lugares donde filmamos y había chicos que nunca habían actuado en su vida. Trabajar con adolescentes con poco o nada de experiencia es desafiante y a la vez muy libre, no hay preconceptos de como deber ser un personaje, hay algo de juego. A las actrices principales las teníamos desde antes, salvo el caso de Ana (Sol Savala) que la encontramos un mes antes del rodaje. Se trabajo mucho en los vínculos entre ellas. Fueron un tiempo antes al pueblo donde filmamos y simplemente estaban ahí, yendo al centro, caminando, tomando helados. Eso les dio mucha confianza entre ellas.

¿Cuánto te sentís involucrada en la idea de la existencia de un cine cordobés, como si el mismo tuviera una identidad propia, un desarrollo que empieza a encontrar sus propias maneras de generarse y producirse y un público local que establece con las películas una relación novedosa?

Me siento involucrada en el sentido de estar en Córdoba y poder producir y filmar desde acá, también en el sentido de formar parte de una comunidad de técnicos, productores y actores cordobeses.

Creo que ese boom responde a un puñado de películas que salieron de Córdoba y empezaron a circular por festivales en el mundo. Esto se debe a varias cosas, en principio la accesibilidad a las nuevas tecnologías que hace que esté al alcance de muchos hacer cine, ya no necesitas una cámara de 35 o 16 mm. Cine en Córdoba siempre existió, solo que ahora pasa por este momento especial, de proyección y de producción y eso está buenísimo. Igualmente necesitamos que salga la ley de cine para poder seguir produciendo.

Por Daniel Cholakian
@d_cholakian

 

Artículos recientes

Artículos relacionados

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí