Zaza Urushadze, director de “Mandarinas”

Después de su nominación al Premio Oscar 2015, se acaba de estrenar en nuestro país el filme Mandarinas del realizador georgiano Zaza Urushadze. En una entrevista el autor europeo habló sobre la universalidad de su película.

¿Cómo surge la idea de realizar una película con esta temática?

Hace unos años, me encontraba en un evento cinematográfico que se celebra anualmente en Estonia. Allí, conocí a un productor que me contó la historia de los estonios que desde hace más de 150 años vivían en al región de Abjasia, hasta que surgió el conflicto en los años 90 y tuvieron que irse. Entonces, surgió la idea de hacer este proyecto, de contar una historia con el conflicto de Abjasia como telón de fondo.

El marco de Mandarinas es un conflicto bélico, pero aún así está tratado de una manera bastante optimista que refleja la parte más humana de las personas.

Así es. Realmente me gustaría que las personas tuvieran los mismos valores que los personajes de la película, en especial los valores que Ivo -la tolerancia y la solidaridad- intenta transmitir a los soldados de ambos lados, el checheno y el georgiano. Precisamente la escasez de estos valores suele ser el motivo por el que comienzan las diferentes guerras.

¿Cómo ha sido el trabajo con los actores? ¿Los conocía previamente o tuvo que hacer un trabajo de casting?

Con Misha Meskhi (Niko) ya había trabajado previamente, así que fue fácil. Con Giorgi Nakashidze (Ahmed) no tenía experiencia previa, pero sí conocía su trabajo y Elmo Nüganen (Margus) es bastante conocido en la zona. Por lo demás, Lembit Ulfsak (Ivo) es un actor muy popular en la Unión Soviética y en cuanto vi las fotos, supe que quería que fuera él quien interpretara a Ivo porque encajaba a la perfección en este papel. Todos fueron muy profesionales y realizaron un gran trabajo.

Pese a basarse en un conflicto muy concreto la universalidad de la historia podría extrapolarse a otros conflictos y situaciones. ¿Por eso tuvo tan buena recepción en países tan diferentes?

Me encuentro muy feliz de haber conseguido realizar una película con una historia universal. Si Mandarinas solo hubiese representado un problema local, el proyecto se hubiese muerto muy rápido pero, gracias a su universalidad, ha dado un paso mas allá y ha consiguido transmitir y emocionar a un público más amplio.

Esta es la primera película báltica en estar nominada a los Oscar. ¿Cómo ha ayudado esta nominación a promocionar la película?

Tanto el cine estonio como el georgiano tienen más de 100 años, pero nunca antes se había conseguido una nominación de este tipo. En el caso de Mandarinas, antes de estar nominada a los Oscar ya tuvo más de 20 premios en diferentes festivales. Pero no fue hasta la nominación de los Oscar cuando otros países se animaron a comprar los derechos de la película.

Zaza, ¿estás trabajando ya en algún proyecto futuro?

Voy a rodar otra película en Georgia, será una coproducción entre Georgia y Estonia. La temática será bastante diferente ya que tratará sobre el amor. En Mandarinas las mujeres no tienen ninguna presencia y en esta ocasión sí quería contar con ellas para este nuevo trabajo.

Fuente: Karma Films

 

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