Marcelo Piñeyro: «Tango Feroz fue más que un éxito de cine»

A días del re estreno de Tango Feroz, la ópera prima de Macelo Piñeyro, su realizador recordó los pormenores del lanzamiento original, habló de las motivaciones que lo llevaron a encarar la remasterización del filme y reflexionó sobre los cambios que se producen en los consumos culturales con el paso de los años. 

-¿Qué valor tiene para vos Tango Feroz  20 años después de su estreno, ya con una trayectoria construida?

Cada película es un momento importante en mi vida, Tango Feroz especialmente por ser la primera.  Toda la vida había deseado hacer cine  y Tango Feroz me consolidó en ese camino que hasta ese momento había sido una fantasía.

Me fue muy difícil hacerla, fueron seis años de pelearla contra todo, pero a partir de allí no me costó llevar adelante los proyectos que quería hacer, de ahí mi agradecimiento.

Hice alguna película más exitosa, pero Tango Feroz fue mucho más que un éxito de cine. Hubo una generación que se la apropió y por ende se puso en un lugar que daba identidad relacionarse a ella. Te ubicaba en un campo, ta sea a favor o en contra.

-El re estreno de la película llega en un contexto político completamente distinto al de 1993.

Cuando la estrenamos hablaba de esa generación de finales de los 60, comienzos de los 70, que había pisado fuerte y se había enfrentado a todo lo establecido para fijar sus reglas. Contaba como se empezaba a preparar la maquinaria del genocidio y que era lo que esta quería matar. Eran esos jóvenes, era ese espíritu.

La película lo cuenta en la década del 90 cuando el discurso imperante era Cavallo es dios, el 1 a 1, somos el primer mundo, vamos a Miami a comprarnos cuatro heladeras, el fin de las ideologías, etc.

Frente a ese contexto  salimos con un discurso completamente a contra corriente donde nuestra frase publicitaria era “todo no se compra, todo no se vende”. Hoy, en ese sentido sin dudas estrenamos en un contexto más amigable, a lo que cuenta la película. 

LA VIDA EN MARTE

-¿Que recordás del lanzamiento del filme en 1993?

Hablar hoy de esa época es como hablar de la vida en Marte. Estrenamos con solamente cinco copias, pensándolo desde hoy te podés imaginar un estreno completamente marginal. No fue un estreno grande, pero tampoco era un estreno marginal, eran salas importantes: América, Ambassador, San Martín (La Plata), Atlas Belgrano y una sala de Flores. A la semana siguiente entran Mar del Plata y Córdoba y así se empiezan a sumar, pero el momento en el que hubo más copias simultáneas en exhibición fueron 25. En ese año había 280 pantallas en Argentina, hoy una película grande sale en 320.

Había ciudades importantes y provincias enteras que no tenían cine. En Trelew, por ejemplo re abrieron el cine, tuvieron Tango Feroz dos meses en cartel y terminada la exhibición de la película cerró el cine.

-Cuando estrenaste la película el rock nacional tenía poco menos de 30 años, hoy llevás 30 años en la cinematografía ¿Te pusiste a pensar en cómo se modificaron los consumos y las industrias culturales en este tiempo?

El contexto es completamente diferente en lo que hace al consumo cultural. En su momento la industria musical era poderosísima, a partir simplemente del soporte físico que hoy es casi de nostálgicos.

Hace 30 años el cine se veía en el cine, pero cuando estrenamos Tango Feroz el VHS estaba bastante extendido y había videoclubes por todos lados. El pirateo del VHS, la copia de la copia, tenía muy baja resolución, no se podía ver. Hoy las copias digitales que hacés en tu casa son exactamente iguales al original. Cuando estrenamos La historia Oficial el formato VHS recién estaba apareciendo en Argentina y el cine se veía en el cine o en televisión. Muchas veces en blanco y negro, doblado, con cortes publicitarios, porque la industria de la TV por Cable también estaba en sus inicios.

Cuando estrenamos Tango… era el momento en que los grandes cines estaban cerrando o en deterioro y todavía no llegaban las multiplex. Ya no se renovaban las lámparas, los equipos de sonido, se rompía una butaca y quedaba rota. Los laboratorios iban para atrás, las copias que se hacían acá eran de mala calidad. Ese es el contexto en el que se estrenó la película. Me acuerdo que las peleas por tener buenas copias de Tango Feroz eran absurdas. Todo esto hoy es la vida en Marte.

Tango feroz fue de las últimas películas que aprovecharon eso que tenía el cine como fenómeno colectivo y que creo que es irrecuperable. El cine era vanguardia cultural, generaba agenda y marcaba ejes. Por eso fue avanzada de la contracultura de los años 60 y 70. Pero todo esto tenía que ver con el cine en las salas y con la TV siendo la caja boba, ocupando un lugar secundario. Hoy la TV es más boba que en aquella época pero sin embargo se ha adueñado del discurso masivo.

Más allá de la valoración personal que uno pueda tener sobre ellas, películas como La dolce vita, Il Gattopardo, El padrino, Taxi Driver, Easy Rider, eran obras de vanguardia que iban contra el discurso del establishment, absolutamente masivas y que generaban una referencia de mirada del mundo, a veces incluso una mirada más potente que la de los medios que era donde se generaba la visión política. El cine en ese sentido abría una brecha muy potente, hoy ese lugar lo ha resignado por completo.

-Pasaron más de 40 años de la leyenda que se recrea libremente en la película y 21 del estreno del filme ¿qué expectativas tenés con respecto a la juventud de la película, a su vigencia?

La película estuvo a punto de perderse y que lo que quedara del filme sean esos masters analógicos. Incluso, por verla en TV o Internet, yo tenía la sensación de que había envejecido muy rápido. Con el objetivo de preservar la obra decidí encarar la remasterización.  Fue un trabajo arduo porque estaba muy dañado el negativo, hicimos en París una restauración cuadro a cuadro, fueron nueve meses de trabajo. En ese momento estaba rodando Ismael y viajaba a París algunos fines de semana para ver como avanzaba. A medida que me iba encontrando con la película yo era el primer sorprendido.

Cuando terminaron el trabajo me mandaron el DCP a Madrid para que lo chequee y la misma gente del laboratorio alquiló uno de los mejores cines de Madrid. Yo no quise verla solo en una sala con 400 butacas e invite a amigos y a la gente con la que hice Ismael  hasta llenar la sala. Había un público variado de entre 18 y 45 años, muchos de ellos no la habían visto nunca. Y fue impresionante la reacción de esa sala. Era exactamente como acá en el 93 y me decían “Loco, esta película tiene 20 años, no te lo puedo creer, parece filmada esta mañana”. El ritmo, la imagen, la modernidad de concepto.

Luego vine con el DCP, realicé una proyección en el Village Recoleta completamente cerrada para los que hicimos la película y fue impresionante, también por el valor afectivo que tiene para nosotros. La habíamos visto muchas veces en su momento pero  21 años después estás necesariamente distanciado de la película. Y esa proyección era, de verdad, redescubrirla. Así empezó la idea del re estreno, porque la remasterización no había sido hecha para estrenarla sino para a lo sumo editar un Blu-Ray. No sé qué se puede esperar, te lo digo de corazón, no sé si va a ir alguien, si irán los que ya la vieron, si se acercará a una nueva generación, eso no lo sé, pero la recepción que tuvo en las proyecciones previas me impresiona.

Por Fausto Nicolás Balbi
fausto@cineramaplus.com.ar 

 

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