Crítica: The Scoundrels (2018), de Hung Tzu-Hsuan – BAFICI

The Scoundrels / Kuáng Tú (Taiwan – 2018)
BAFICI 2019: Panorama – Nocturna

Dirección: Hung Tzu-Hsuan / Guion: Huang Chien-Ming / Producción: Lin Tien-Kuei / Montaje: Li Wenders / Dirección de arte: Lo Wenjing / Fotografía: Chen Ko-Chin, Chen Chih-Hsuan / Música: Lin Cliff, Yang Wan-Chien / Intérpretes: Wu Kang-Ren, Lin JC, Hsieh Hsin-Ying, Nana Lee / Duración: 105 minutos.

UNA RAREZA NO TAN RARA

Cuando miramos el catálogo y la grilla con sus escuetas (y muchas veces engañosas) sinopsis a fin de elegir como completar un buen programa que nos mantenga toda la tarde/noche ocupada con películas, The Scoundrels llamaba particularmente la atención más allá de gustos personales: una película oriental de acción, artes marciales y policías. Sin embargo, al escuchar la presentación que de su película hace el director en la sala muchos confirmamos la ignorancia que destilamos sobre diversos temas. La película es taiwanesa, por lo tanto es oriental, pero en dicho país –para nuestro asombro– no suelen producirse historias de acción o artes marciales sino que su industria cinematográfica se dedica casi exclusivamente a las comedias y dramas románticos. Por lo tanto, este filme sí entraña una rareza, por lo menos desde su género.

Más allá de esta cuestión de producción, The Scoundrels discurre por lugares harto conocidos incluso para los que no frecuentamos el género con tanta asiduidad: patadas, persecuciones, intrigas policiales, más patadas y algún que otro giro argumental. Sin embargo, lo destacable de la película no es su originalidad sino su excelente factura que acompaña a un guion sin mucho vuelo pero firme y sin fisuras. Eso la hace merecedora de proyección claramente. No todas las películas tienen que ser o buscar ser innovadoras; de hecho, el cine se compone en su inmensa mayoría de películas que apuestan a fórmulas conocidas, pero sí son cada vez más raros las de tan buena realización.

La historia comienza con una ex estrella de básquet que ha sido expulsado del deporte de por vida por golpear a un espectador que lo agredió, ese mismo espectador, juicio mediante, lo ha obligado a pagarle una fortuna en concepto de resarcimiento. Esa deuda y su pérdida de empleo llevará al protagonista a una vida delictiva relacionándose con mafiosos y ladrones. Un hecho fortuito atará su destino a un célebre ladrón de bancos con quien generará una dinámica de enemigo/cómplice que hará avanzar la narración hacia un final tan violento como sorpresivo.

Cuando uno se topa con películas como esta en un festival de cine independiente es dificil no pensar en la pobre variedad de la cartelera vernácula ya que un filme como este tranquilamente podría ocupar una pantalla y ser vista y disfrutada por un público que si bien es selecto, no por eso es poco cuantioso. Seguramente las escenas de lucha excelentemente filmadas con buenos recursos como auto-steady usado de manera poco convencional llamarían la atención de los adolescentes y no tanto ávidos de un poco de violencia. Para el resto, ya con poder ver un relato bien filmado, nos conformamos de sobra.

Por Martín Miguel Pereira

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