Spice It Up (Canadá – 2018)
Bafici 2019: Competencia internacional
Dirección y Guion: Lev Lewis, Yonah Lewis, Calvin Thomas / Producción: Yonah Lewis, Calvin Thomas / Música: Lev Lewis / Intérpretes: Jennifer Hardy, Shivali Barot, Samantha Cole, Déjah Dixon-Green, Jennifer Graydon, Becca Willow Moss, Micaela Robertson, Sara Sue Vallee, Taylor Baldwin /Duración: 82 minutos.
Hay un costado llamativo en este ejercicio fílmico. La protagonista es una joven llamada Rene que está en Toronto intentando completar un documental. Sus esfuerzos por darle forma ante la indiferencia y las sugerencias de sus tutores es el centro problemático mientras avanza la trama, alternando entre el proyecto propiamente dicho y el bloqueo de la chica que la conduce a un pantano de ideas. Curiosamente, y por una mecánica de montaje fallido, Spice It Up también llega a un callejón sin salida, es presa de un círculo en el cual ochenta minutos parecen transformarse en tres horas. El dato es que los tres directores (¡!) no lo hayan advertido. La chispa del título no les llegó.
Es interesante el cine independiente cuando es libre, desprejuiciado, osado, fallido. El tema es tener con qué. Cuando uno se adentra en las aguas de una película como ésta, sigue con cierta ternura el itinerario, la pasión y el fracaso de Rene (la historia marco); hasta cierto punto, también, resulta simpático el grupo de adolescentes que pretenden alistarse en el ejército a raíz de sus derrotas escolares. El problema llega con la repetición de situaciones. Entonces, las chicas ya son poco soportables con su pose Spice Girls y las idas y vueltas de Rene, agotan.
Para colmo, se empieza a filtrar un tufillo crítico hacia las instituciones y otros pedidos de asociación forzada (ay, ese imperativo de la interpretación) como si los personajes no pudieran valerse por sí mismos. En este cúmulo de enunciados (el cine dentro del cine, la vinculación entre arte y comercio, la identidad, el terrorismo, todos temas importantes), la historia le cede el terreno a la reflexión, allí donde la frescura de lo absurdo y la banalización deshumanizan y separan al cine del mundo.
Por Guillermo Colantonio
@guillermocolant