Crítica: A Horrible Woman (2017), de Christian Tafdrup

A Horrible Woman / En Frygtelig Kvinde / Una mujer horrible (Dinamarca – 2017)
20 BAFICI – Competencia Internacional – Premiere americana
Festival de Varsovia 2017 – Competencia 1 y 2
CPH:PIX 2017, Dinamarca
Scanorama Film Festival Vilnius – News from the north

Dirección: Christian Tafdrup / Guión: Christian Tafdrup, Mads Tafdrup / Director de fotografía: Joshua Beckford / Sonido: Bo Asdal Andersen, Thomas Huus / Edición: Nicolaj Monberg / Dirección de arte: Christian Tafdrup / Producción: Thomas Heinesen, Marta Mleczek / Interpretes: Anders Juul, Amanda Collin, Rasmus Hammerich, Carla Mickelborg / Duración: 86 minutos.

HORRIBLE WOMAN O EL CONDICIONAMIENTO DEL PÚBLICO

A Horrible Woman participó de la competencia internacional del BAFICI, razón por la cual contó con presentación, en este caso, por parte del director del festival Javier Porta Fouz. Luego de alabar la película contando que fue una de las primeras elegidas para participar en el festival, prosigue enfatizando la intensidad y potencia de la imagen advirtiéndonos que quedaríamos perturbados ante su visión. El director no estuvo presente pero sí su protagonista.

Con tamaña advertencia ya no pude ver la película “libremente” (más allá de que uno casi siempre cuenta con algún tipo de información, “paratexto” para los académicos). El filme no es más que una historia “chico conoce chica”, pero a la danesa, obviamente. Sin embargo, todo el tiempo estuve esperando algo más, que todo volara por los aires y que aquella mujer del título se volviera un demonio, en la línea con Anticristo de Lars Von Trier. Fueron pasando los minutos y nada de ello pasó y pronto me di cuenta que ya no iba a pasar. Entonces devino la frustración. El público, en cambio, parece haberse sugestionado al extremo con la presentación y con sus constantes expresiones de asombro y risas incómodas forzaban un visionado que no se correspondía con lo que nos devolvía la pantalla. Amén de esto, traté de despojarme de aquello para poder analizar la película (el director no tiene la culpa de lo que conté).

El título es ya de por sí sugestivo; a tono con los tiempos que vivimos suponemos que es irónico y que la película hará una lectura o, por lo menos, un comentario sobre los calificativos denigrantes que puede recibir una mujer. El relato comienza con un hombre (Rasmus) que vive una vida de macho soltero: amigos, cerveza, fútbol, placer, testosterona. Conoce a Marie y entra en una espiral de hostigamiento por parte de ella cuyo centro es la violencia o el suicidio. Desde el principio ella irá invadiéndolo haciéndole perder su independencia, sojuzgándolo. Un par de miradas a cámara (al igual que en el afiche) nos devela cualquier duda sobre si sus acciones provienen de las miserias propias de cualquier ser humano o de una premeditada maldad. Ese gesto elimina la ambigüedad.

El filme está muy bien narrado, el guión es preciso, bien estructurado, las actuaciones son excelentes y tiene una buena factura desde lo técnico. Empero, lo que falla es la mirada del director. Eliminada la ironía del título, Horrible woman destila una visión patriarcal que atrasa décadas y que, bien entrado el siglo XXI, resulta inaceptable. Ambos personajes y sus amistades están dibujados con el trazo grueso del estereotipo más rancio. Los hombres son básicos, físicos, bebedores empedernidos, irresponsables e inmaduros; las mujeres son manipuladoras, engatusadoras, vigilantes del orden heteronormativo y la familia, castradoras. Su único propósito en la vida es domar al caballo cimarrón que es el hombre, dominarlo y el hombre, que aparenta fuerza y determinación, termina siendo un cachorrito al servicio del hogar. Alguno dirá “pero hay muchas parejas que son así” y nadie los va a contradecir. Pero la película no problematiza esa cuestión sino que la acepta, la avala y la reproduce. Hay una misoginia latente de la cual el público disfrutó de una manera preocupante.

El sentimiento encontrado que nos genera la película nace de su muy buena hechura en contraste con su mirada conservadora y retrógada. Al fin de cuentas, una película dinosaurio y los dinosaurios, por suerte, van a desaparecer.

Por Martín Miguel Pereira

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