Hierba (Argentina – 2015)
Dirección, Guion, Edición y Sonido: Raúl Perrone / Fotografía: Raúl Perrone, Alejandro González, Iván Moskovich, Martín Farina / Producción Ejecutiva: Pablo Ratto / Intérpretes: Dulce Huilen Azul, Guilermo Quinteros, Evelyn Cazal, Néstor Gianotti, Oscar Purita / Duración: 65 minutos.
CAPAS DE HIERBA
Hierba
Se trata del elemento central que cumple un doble rol: por un lado, le da título a la última película de Raúl Perrone, que inicia con una representación dentro de otra, es decir, con la puesta en escena de Almuerzo sobre la hierba de Édouard Manet y, como tal, antes formó parte del nombre de la pintura. Por otro, se constituye como un mero soporte de la historia, como el espacio común, de tránsito e inexplorado que habilita el juego del borramiento de los límites entre pintura y cine.
La transición de un polo a otro se refuerza en la apoyatura del cine mudo: las escenografías pintadas, estáticas, casi secundarias y más teatrales que cinematográficas adquieren, en forma pausada y sutil, cierto movimiento o relieve ya sea en el paisaje, en algunos frutos o el agua.
Asimismo, la hierba funciona como espacio de exploración de los personajes y les brinda la posibilidad de constituirse como sujetos, de relacionarse entre sí y con el medio a través de los diversos actos, no siempre lineales y, en general, autónomos. En una suerte de fuera de campo pero insertado en la pintura y ajeno en la obra de Manet, los personajes almuerzan, caminan, se recuestan, se bañan, se agreden, se abusan, se desean hasta se matan en la hierba. Y en ese mutismo sólo acompañado por la música en una relación audiovisual, ellos se identifican y reconocen.
Almuerzo
Es el hecho que los reúne y habilita luego el otorgamiento de la identidad. La puesta en escena de los cuerpos se funda en ambos lenguajes: primero, en la sugerencia del movimiento, en una suspensión en el tiempo; después, en la acción llevada a cabo, en el desplazamiento de los personajes hacia la exploración de los bordes de la pintura y de su propia condición de sujetos.
Además, su tratamiento no sólo está basado en el cine mudo, sino, en el expresionismo alemán, en particular, manifiesto en la exageración de la gestualidad, en los movimientos bien marcados y en el maquillaje recargado del rostro (sobre todo el uso del blanco). Perrone le agrega el gesto puramente contemporáneo en los cuerpos femeninos a través de sus tatuajes y el piercing.
Pareciera que al final se produce una suerte de restitución del marco pero ¿hacia qué obra? Poco queda de Almuerzo sobre la hierba. Ahora es la hierba la que devora su delimitación, la que ya no quiere ser vista como solía serlo, es ella la que reclama su propio movimiento.
Por Brenda Caletti
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