TV: Crítica de “The Wire” (2002 / 2008)

The Wire (Estados Unidos – 2002 / 2008)

Creador: David Simon / Producción: Karen L. Thorson, Nina Kostroff-Noble, Ed Burns, George Pelecanos / Intérpretes: Dominic West, Lance Reddick, Sonja Sohn, John Doman, Deirdre Lovejoy, Wendell Pierce, Felicia Pearson / Compañías productoras: Blown Deadline Productions, HBO / Temporadas: 5 / Episodios: 60 / Cadena original: HBO / Distribución en Latinoamérica: HBO.

REVISITANDO UN CLÁSICO

Mientras The Deuce (la cual hemos comentado en este sitio) se encamina hacia el final de su segunda temporada, no está de más reseñar la primera serie de su creador y, hoy por hoy, un auténtico clásico de la televisión moderna: The Wire. Tanto David Simon como Ed Burns no provienen del mundo de la televisión o el cine. El primero se desempeñó veinte años como periodista de homicidios y el segundo hizo lo propio como policía y luego profesor de secundaria (derrotero que transitará uno de los personajes emblemáticos de la serie). Esta experiencia les ha dado un conocimiento vasto sobre el mundo que retratan, característica que se repite en The Deuce y queda de manifiesto en numerosos detalles de situaciones y diálogos.

La estructura misma de la serie es por demás novedosa: si bien la historia se centra en un grupo de policías de homicidios que investigan grandes casos vinculados a las drogas, cada temporada se centra en alguna arista de las muchas de la ciudad de Baltimore. La primera trata sobre el mundo del narcotráfico en los barrios pobres; la segunda, el puerto, con su sindicato y las conexiones marítimas con la droga; la tercera, la vida política y las intrigas palaciegas; la cuarta, la escuela pública y la quinta, el periodismo. Pero la innovación no se detiene en la estructura temática por temporadas sino que al interior de las mismas se modifica la forma de narración: en las primeras tres es claro que durante los primeros cuatro o cinco capítulos se “arma” el caso y a partir de allí este se desarrolla con la peripecia correspondiente. Sin embargo, las últimas dos no siguen esta lógica sino que desarrollan conflictos heredados de la temporada anterior. Vista en plano general, existe otro patrón narrativo: todo termina en apariencia pero a la vez siempre aparecen nuevos protagonistas que toman la posta, la corrupción sigue, el narcotráfico se reinventa, la violencia persiste. Esa circularidad destroza la pequeña catarsis que podemos sentir al final de cada caso: la justicia es, con suerte, provisoria, nunca ataca los males de fondo.

El universo de The Wire es el del cambio constante, incluso en períodos muy cortos de tiempo. El conflicto está en cómo los personajes se adaptan a él o perecen en el intento. Los que se resisten al cambio son derrotados sin más aunque a los que sí lo abrazan tampoco les va mucho mejor, pues la mutación que exige la situación muchas veces es tan profunda que no se llega a realizar completamente. No obstante lo cual, existen dos universos bien diferenciados: el de las capas inferiores, entre las que se encuentran incluso los millonarios narcotraficantes y los que realmente detentan el poder. Estos últimos están en otro estamento, están en su propio Olimpo, inalcanzables para los mortales; ellos siempre permanecen, de una manera u otra.

El gran logro de los creadores de la serie es haber podido delinear tantos personajes densos, profundos y complejos en medio de un relato en donde la peripecia parece llevarse todo por delante con su poder de facto, algo que se repite gratamente en The Deuce. En esa lucha se delinea un mundo en donde todo cambia para que nada cambie pues hay muchos poderosos que ya se han acomodado a esa coyuntura y no quieren arriesgarse a una nueva adaptación.

Por Martín Miguel Pereira

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