El Santo (Argentina – 2023)
24 BAFICI: Competencia Internacional
Dirección, Guion y Música: Juan Agustín Carbonere / Producción: Eva Padró / Director de fotografía: Luciano Badaracco / Edición: Alejo Santos / Intérpretes: Roberto Suárez, Elisa Carricajo, Claudio Da Passano, Benjamín Mateos, José Fogwill / Duración: 86 Minutos.
El santo formó parte del laboratorio de proyectos del BAFICI y este año tiene finalmente su estreno nacional en el mismo festival. El filme narra una típica historia de ascenso y caída tan cara al cine de gánsteres de los años 30 de Hollywood que tanto excitaban la imaginación de Jorge Luis Borges. Sin embargo, el protagonista en este caso no es un hampón, aunque también se mueve entre las clases bajas y altas de la ciudad. Es un curandero, pero no el típico chanta de tantas ficciones, este tiene de verdad un poder para sanar. Eso y el ser un personaje esquivo, parco y de avanzada edad lo hace sumamente interesante y termina por generarnos una profunda empatía.
Luego de un golpe de suerte inicia su carrera ascendente para transformarse en esos típicos personajes autoproclamados divinos que tanto vemos en la televisión. Allí inicia su caída. No es que el personaje se haya corrompido, porque el director no nos muestra a este santo como alguien digno de tal caracterización durante el comienzo del filme; no sabemos si se manejaba entre las clases populares y viviendo una vida austera por decisión o por no haberle llegado aún ese golpe de suerte.
Con este arco dramático la película podría haber sido una más del montón, completamente previsible y ya vista. Sin embargo, el director elige mostrarnos otra cosa. Sabemos (o inferimos) que su nueva vida está llena de lujos, carente de necesidades económicas y sí con marcada presencia de excesos de todo tipo. Pero estos no son mostrados, el filme no se regodea en la decadencia de la ostentación y la lujuria.
Su caída —la que se nos muestra— es absolutamente moral. O quizás no, y allí radica lo interesante: nunca se nos mostró al protagonista como alguien empático, cariñoso u honesto. Entonces no sabemos si es que en verdad cambió. Una hipótesis puede ser que lo que cambia es el mundo alrededor suyo y que su descenso responde a la imposibilidad de controlar esa propia (nueva) vida.
Esa nueva vida es la del mercado, la de lo prescindible, tanto que hasta lo divino puede ser reemplazado por lo terrenal, el hombre puede ser reemplazado por su imagen. Pero no para nosotros, porque no nos importa realmente si sus poderes son reales, si los perdió, los traspasó o no los quiere emplear más, lo que nos interesa es la persona; tampoco el fenómeno mediático, el negocio, el fanatismo. Es una película de personaje, el resto son solamente circunstancias que lo alteran. Esa creo que es la novedad y singularidad de este filme, que cuando todos abandonan al santo, el director se mantiene como su último y fiel acólito.
Por Martín Miguel Pereira