Nosotras sin mamá

Nosotras sin mamá (Argentina – 2011)

Dirección y Guión: Eugenia Sueiro / Fotografía: Paola Rizzi / Edición: Marcela Saenz / Música: Alejandro Franov / Elenco: Eugenia Guerty, Vanesa Weinberg, Nora Zinski / Duración: 70 minutos

María Eugenia Sueiro desarrolla con Nosotras sin mamá una organización narrativa que en su concepción es interesante. A una propuesta dramática que remite sin duda al teatro realista de los años ’60 y ’70 (el encierro, los conflictos familiares, la emergencia de todo aquello que se ha callado), le suma una propuesta plástica que remite, sin dudas, a aquellos tiempos. No solo por el uso del blanco y negro, sino también por la casa y los objetos que la habitan. En este sentido, sus reconocidos antecedentes como directora de arte, se ponen en juego en la organización del espacio familiar.

Tres hermanas ya adultas, Teresa, Amanda y Ema, quedan solas y encerradas en la que fuera la casa paterna, en pleno reencuentro luego de la muerte de la madre. Deberán decidir que hacer con la propiedad y para ello cada una pondrá en juego, como es lógico, sus propios deseos y necesidades. En un juego de relaciones, alianzas y reconocimientos, que va mutando a cada momento, la principal baza en juego es lo que las hermanas pueden hacer con su vida en tanto familia, ahora que la madre no está para adjudicar lugares, roles y afectos.

Lo cierto es que si bien la primera referencia concreta a la historia es la situación en la que se encuentran tres hermanas, diferentes en sus modos y vidas, a partir de la muerte de su madre y la herencia de la vieja casa familiar, no son menos trascendentes las líneas que permiten advertir que tras la muerte de un familiar, también su memoria es una memoria fragmentada y se reconstruye con las memorias de cada uno de los sobrevivientes. ¿Quién es, ahora, aquel familiar que ha partido?

Nosotras sin mamá es una comedia que a partir de situaciones que remiten a lugares comunes y personajes arquetípicos, se permite sin embargo caer en estos de un modo repetido. Cierto desplazamiento permanente a partir de aquella base, corre a sus personajes de lo remanido, los instala por momentos en un absurdo leve, y le da al drama del encierro, cierto sentido disparatado. Los objetos cobran un valor intenso en tanto remiten a la historia personal y a la relación familiar.

La comedia, que de eso se trata la película, está fuertemente anclada en las actuaciones casi siempre ajustadas sin estridencias, de las tres protagonistas. Son ellas, sin dudas, las que sostienen el guion correcto de la propia directora. La construcción de los mismos asemeja por momentos a un juego de máscaras, donde cada una asume el rol que le corresponde en la relación, ya sea la individual como la colectiva, construyendo un personaje de la propia persona.

El mayor mérito de Sueiro, con todos estos “materiales” correctos y sencillos, es evitar todo maximalismo y por sobre todo, todo juicio de valor sobre los personajes.

Daniel Cholakian
redaccion@cineramaplus.com.ar

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