Yo, él y Raquel / Me and Earl and the Dying Girl (Estados Unidos – 2015)
Dirección: Alfonso Gomez-Rejon / Guion: Jesse Andrews / Producción: Jeremy Dawson, Dan Fogelman, Steven Rales / Música: Brian Eno, Nico Muhly / Fotografía: Chung-hoon Chung / Montaje: David Trachtenberg / Intérpretes: Thomas Mann, RJ Cyler, Olivia Cooke, Nick Offerman, Connie Britton, Molly Shannon, Jon Bernthal, Katherine Hughes / Duración: 105 minutos.
CRÓNICA DE UN DESENLACE ANUNCIADO
Como resultado de una receta que tiene por ingredientes a un adolescente carismático, su único mejor amigo y una chica con una enfermedad terminal, Yo, él y Raquel (Me, Earl and the dying girl) es un film que propone una mirada descontracturada, casi cómica acerca de un drama trágico e intenso, al menos la mayor parte de la película. Con ánimo de agradar y evitar a toda costa el esperado golpe bajo, el film intenta una y otra vez, demostrar lo contrario. Si lo logra o no será juicio de sus espectadores, que bien vale decir se retiran de la sala abrumados.
La escuela secundaria siempre se asocia con un tiempo de decisiones y muchos cambios que afectan la vida de todo aquel mortal que haya pasado por dicha experiencia, sin embargo, algunos la pasan mejor que otros. El caso de Greg es particularmente especial, ya que su madre lo obliga a comenzar una relación con una compañera que se está muriendo a causa de una leucemia fulminante. Contado de este modo, todo parecería ser gris y lúgubre, pero muy por el contrario, el film se empeña en mostrar un mundo colorido, divertido y creativo.
Greg junto a su único amigo Earl, se dedican a realizar films caseros en los que parodian grandes títulos de la cinematografía mundial, jugando con ellos a matar el tiempo muerto. Entonces el tópico del cine dentro del cine quisiera contar algo más allá de la propia película y es en esta metadiscursividad que el film, logra crear momentos muy logrados en tanto empatía y realización. De todos, el ritmo va decayendo y todos los elementos positivos de la película se van apagando luego del instante en que el film muestra un rotundo cambio de tono.
Sin ninguna necesidad de operar con este epilogo traicionero, Yo, él y Raquel no deja de ser un film con un final anunciado. Tiene escenas lindas, si. Pero una vez finalizada, el sabor dulzón del comienzo se transforma en un verdadero trago amargo.
Por Paula Caffaro
@Paula_Caffaro