Crítica: Holy Spider (2022), de Ali Abbasi

Holy Spider (Dinamarca / Alemania / Francia / Suecia / Jordania / Italia – 2022)
Estreno en cines / Próximamente en la Plataforma Mubi

Dirección: Ali Abbasi / Guion: Ali Abbasi, Afshin Kamran Bahrami / Producción: Ali Abbasi, Sol Bondy, Jacob Jarek / Música Original: Martin Dirkov / Fotografía: Nadim Carlsen / Montaje: Olivia Neergaard-Holm, Hayedeh Safiyari / Intérpretes: Mehdi Bajestani, Zar Amir-Ebrahimi, Arash Ashtiani, Forouzan Jamshidnejad, Alice Rahimi / Duración: 116 minutos.

Entre el año 2000 y el 2001 se encontraron los cadáveres de al menos 16 mujeres en situación de prostitución en la ciudad sagrada de Mashad, al norte de Irán. Holy Spider, el tercer largometraje del realizador iraní afincado en Dinamarca Ali Abbasi (Border), está inspirado en ese caso.

La película, elegantemente narrada, comienza mostrando a una mujer joven que sale de su casa por la noche para trabajar y que, enseguida presumimos, no regresará. Poco después conoceremos a Rahimi (Zar Amir Ebrahimi, premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes por este trabajo), una periodista que acaba de llegar de Teherán para investigar el caso.

Suponemos que el contexto (la sociedad profundamente religiosa, conservadora y machista del interior de Irán de hace dos décadas atrás), explica en parte la desidia de las autoridades a la hora de intentar dar con la identidad del femicida. Pesquisa que, en la ficción, solo se motorizará a partir del trabajo serio y detallado de la cronista.

La decisión de que el punto de vista predominante sea el de ella ayuda a enfatizar las muchas situaciones de micro (y no tan micro) machismo a las que se enfrentarán tanto ella como las víctimas. El relato también describe varios de los crímenes, con la austeridad, el nervio y el realismo que esas muchas vidas sesgadas ameritan. A la vez que ensaya una descripción bastante meticulosa del asesino, su entorno familiar y sus motivaciones.

Todo lo antes señalado, sumado la exaltación del criminal por parte de los sectores más religiosos y conservadores por su tarea de “limpiar” las calles de la corrupción, terminan de redondear un relato que habla sobre el machismo y la sociedad conservadora en clave de thriller seco y violento, que tiene sus puntos altos en las actuaciones y un pulso narrativo notable.

por Fausto Nicolás Balbi
@FaustoNB

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