Ecuación, los malditos de Dios (Argentina – 2016)
Dirección: Sergio Mazurek / Guión: Guilllermo Barrantes / Producción: Rosanna Cristaldo, Sergio Mazurek / Fotografía: Leonel Pazos Scioli / Intérpretes: Carlos Echeverría, Diego Alfonso, Roberto Carnaghi, Paula Siero, Verónica Intile, Marta Lubos, Jorge Booth / Duración: 86 minutos
Hermes Vanth (interpretado por el actor Carlos Echeverría) es un médico que trabaja en el Hospital Rivadavia de la Ciudad de Buenos Aires. Dado que la mayor parte del tiempo se encuentra dentro del mismo, es normal para él convivir con la muerte. De repente, la multiplicación de víctimas fatales, de manera inexplicable, desatan una primera alarma en los inquietos pensamientos del Doctor.
La muerte de personas cercanas, la cantidad inusitada de accidentes fatales de la que es testigo, y la recurrente aparición de un misterioso anciano en el momento de cada muerte, inducen a Hermes a concluir que la situación que está viviendo es algo más que un raro caso estadístico. En busca de algunas respuestas se embarca en un mundo matemático, religioso y hasta mítico.
Producida y dirigida por Sergio Mazurek (esta es su segunda película como director, antes había realizado Lo siniestro en 2009) Ecuación, los malditos de Dios pretende ser un filme de terror, pero, el susto y el espanto se quedan cortos.
La película tiene un comienzo prometedor con el personaje principal corriendo y saliendo de una Iglesia y la aparición de un cura (Roberto Carnaghi) que indica misterio e intriga. Con estos elementos, el espectador espera ver los hechos que llevan al Dr. a esta situación.
Si, los hechos se presentan, pero no de la manera esperada. Algunos interrogantes que se generan no se desarrollan y quedan en la nada. El vocabulario (científico podríamos llamarlo) que utilizan los personajes para explicar estos sucesos, también generan confusión y no ayudan a entender lo que realmente sucede. Todo esto conjugado con la poca expresión que tienen los actores quienes, parecieran estar en una obra de teatro, en donde, se ve las marcas de cuando se tienen que parar, caminar, detenerse, etcétera.
Vale destacar la fotografía de Leonel Pazos Scioli en tonos oscuros que generan un ambiente de suspenso, para mostrar que estamos dentro de un relato de género fantástico. Ecuación, los malditos de Dios es una película que intenta ser, pero no lograr despegar. De todas maneras es bueno que los directores de cine sigan apostando a películas de género, no tan constantes en el cine argentino, contando historias fantásticas entre habitantes de nuestra ciudad.
Por Mariana Ruiz
@mariana_fruiz