Caballo de Guerra

Caballo de Guerra / War Horse (Estados Unidos / Reino unido – 2011)

Dirección: Steven Spielberg / Guión: Lee Hall y Richard Curtis / Fotografía: Janusz Kaminski / Música: John Williams / Edición: Michael Kahn / Diseño de producción: Rick Carter / Elenco: Jeremy Irvine, Peter Mullan, Emily Watson, Tom Hiddleston / Duración: 146 minutos

En los últimos meses, han llegado a las salas cinco exponentes hollywoodenses entre los que podemos hilvanar lazos un tanto arbitrarios, pero que a la vez pueden ser mucho más sólidos de lo que aparentan. Ellos son, por orden de arribo, Súper 8El planeta de los simios: (R) evoluciónGigantes de aceroLa invención de Hugo Cabret y, ahora, Caballo de guerra.

El filme de J.J. Abrams procuraba recuperar una forma de relato propia de fines de los setenta y principios de los ochenta, en sintonía con ET , Cuenta conmigo Los Goonies, focalizándose en la aventura de crecimiento de un grupo de chicos, donde el crecer implicaba la aceptación de la pérdida para poder ganar la compañía del otro y el forjamiento de la identidad propia. La precuela de El planeta de los simios trazaba una historia de fortalecimiento de liderazgo, de ruptura del orden establecido, con todos los pasos requeridos, haciendo que sonara lógico un escenario distópico, donde la humanidad se ve corrida de lado, instalando nuevamente las nociones ecológicas y apocalípticas que parecían ya fuera de época. La cinta protagonizada por Hugh Jackman volvía al mito inaugural deRocky, con un espíritu clase B que se mimetizaba con la historia de un conjunto de perdedores que demostraban estar, frente a los demás y frente a sí mismos, por encima de sus posibilidades. En cuanto a la más reciente obra de Martin Scorsese, hay una explícita evocación de la época supuestamente “primitiva” del cine, para describirla como un vehículo de todo tipo de sueños y fantasías.

En cuanto a Caballo de guerra, Spielberg busca volver a introducir la impronta clásica de cineastas como John Ford, e incluso de sus primeros hitos como cineasta, como ET, la saga de Indiana Jones o El imperio del Sol. Vuelve a trasladarnos a un mundo de emociones primarias, de personajes directos, de diálogos sin vueltas, de pura acción y movimiento. Allí la muerte puede quedar en un piadoso fuera de campo, aunque el sufrimiento físico del animal no –bien en clave cristiana-, y la metáfora para describir la guerra es el cuerpo de un caballo enfrentado a un tanque, arrastrando maquinaria pesada, enredándose en alambres de púa hasta quedar casi destruido. Los planos son largos y generales, el paisaje rodea al hombre y a la bestia, resaltando su pequeñez, pero también el valor de su particular épica.

Al igual que en los filmes anteriormente mencionados, podemos apreciar en Caballo de guerra un retorno de emociones casi infantiles, en extremo simples, pero a la vez difíciles de explicar. Por eso hay más de una conexión entre el joven protagonista mirando embelesado a la chica de sus sueños mientras ella frente a cámara; el simio César hablando (o gritando más bien) por primera vez; al hijo del protagonista contemplándolo emocionado mientras vuelve a ser un boxeador con todas las de la ley en la pelea final; el personaje de Ben Kingsley recuperando su pasado; el caballo Joey descansando por fin, tras una larguísima batalla con la vida, con el sol poniéndose de fondo. Quizás se está abriendo una nueva vía en Hollywood, cargada del espíritu de décadas pasadas, pero renovada con sistema de producción actual. Esas no pueden ser más que excelentes noticias.

Rodrigo Seijas
redaccion@cineramaplus.com.ar

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