El cineasta argentino Mauro Andrizzi viaja en mayo próximo a China para filmar «Una novia de Shanghai«, una comedia callejera que transcurrirá en diferentes espacios de esa megalópolis y tendrá como protagonistas a una pareja de vagabundos que deben superar una carrera de obstáculos para trasladar un ataúd robado de un cementerio.
Gracias a una beca otorgada por una institución cultural chino-suiza, Andrizzi pasará seis meses alojado en el histórico Peace Hotel de Shanghai, donde armará la preproducción de la película, formará un equipo de técnicos de origen chino y ensayará escenas con actores locales y Lorena Damonte, la única actriz argentina que participará del proyecto.
El director de “Iraqui short films”, “En el futuro” y “Accidentes gloriosos” estudia desde hace cuatro meses el idioma chino y ensaya algunos símbolos gramaticales que, según dijo, “son sumamente difíciles, porque tenés que tener muy buena memoria para acordarte qué significa cada uno”.
Andrizzi explicó que “Una novia de Shanghai” es una comedia “al estilo de la `screwball comedy` americana -un subgénero en el que priman la velocidad, el absurdo y los enredos- donde los dos protagonistas recorren gran parte de los barrios de la ciudad con un ataúd y un cadáver, yendo desde la parte vieja hacia la parte nueva para llegar al puerto de Shanghai”.
Según adelantó el cineasta, la historia está protagonizada por “dos chatarreros vagabundos que juntan basura y desperdicios por las calles y que, por encargo de otra persona, tienen que cruzar la ciudad entera con un ataúd robado de un cementerio para poder unir a una pareja de amantes más allá de la muerte”.
Pero además de los enredos que sufren los protagonistas de esta especie de “Después de hora” a la china, en la que por ejemplo los persigue la policía y unos borrachos les quieren robar el ataúd, el humor surgirá principalmente de los contrastes entre ciertas costumbres y tradiciones milenarias y una forma de vida posmoderna propia de la ciudad cosmopolita que es Shanghai.
La idea de Andrizzi -y una de las condiciones de la beca que obtuvo- es explorar la cultura china a través de esos contrastes, que se manifiestan en distintas costumbres y formas de vida, en el modo en que los chinos amoldan la modernidad con sus tradiciones más preciadas y, más evidentemente, en las diferencias arquitectónicas entre la parte vieja y nueva de la ciudad.
Es que, como lo demostraron directores como Spike Jonze en “Ella” o Michael Winterbottom en “Código 46”, con sus torres y rascacielos, la parte moderna de Shanghai tiene el aspecto de una metrópolis futurista, casi de ciencia ficción, y en ese contexto dos chatarreros con sus carros y un ataúd no podrían pasar desapercibidos.
Andrizzi sostuvo que la película tendrá “muchas referencias a la cultura china de los muertos. Además describe el cruce de la modernidad y las tradiciones ancestrales, y muestra cómo el capitalismo afecta a algunas costumbres. La China moderna es una mezcla de eso, del futuro con el acervo cultural milenario”.
En ese sentido, explicó que “todo comienza cuando un hombre que está a punto de morir le pide a sus familiares que traigan el cadáver de la mujer que amaba para enterrarlo a su lado, por lo que ellos les encargan a estos dos vagabundos que lo roben de un cementerio y atraviesen toda la ciudad para cumplir el último deseo del moribundo”.
“La comedia y el absurdo surgen del contraste entre lo moderno y lo tradicional. Pero la película es también una comedia negra en algún punto, porque muestra algunas cosas truculentas que ocurren en la ciudad. La historia fue surgiendo a medida que me iba adentrando en la investigación que hice de la cultura china antes de escribir el guión”, señaló el director.
Andrizzi agregó que viene trabajando desde agosto de 2013 en el guión y la producción de esta película y que piensa mantener durante el rodaje -al igual que lo hizo en sus filmes anteriores- una estructura de película independiente, con un equipo técnico y artístico reducido, “con toda la libertad que eso implica”.
“Todas las limitaciones que tengo en aspectos de producción las voy a superar ampliamente con el hecho de filmar en Shanghai, porque esa ciudad es un valor agregado en sí mismo. En ese sentido, pienso hacer una película muy callejera para aprovechar la ciudad lo máximo posible”, sostuvo el cineasta, que ya había estado en Shanghai en 2005 y 2009.
Andrizzi recordó que “venía haciendo películas muy episódicas y con experimentación en la narración. Ahora quiero explorar un poco más el género, porque me parece que como cineasta uno tiene que ser capaz de manejar distintos registros y no repetirse tanto. Si no, se aburre el público y se aburre uno”.
Fuente: Telam