Este fin de semana Filmoteca en Vivo presentará, gratis y en fílmico, cinco importantes Westerns del período clásico. Entre estos filmes se destacan nombres de realizadores como Henry Hathaway y el gran Sam Fuller, así como estrellas de la talla de Henry Fonda, Tyrone Power, Anthony Quinn y Charles Bronson. Las proyecciones tendrán lugar en la sala dse la ENERC (Moreno 1199, Ciudad de Buenos Aires).
Viernes 6
23 hs. EL VUELO DE LA FLECHA (The Run of the Arrow, EUA-1957) de Sam Fuller, c/Rod Steiger, Sarita Montiel (doblada por Angie Dickinson), Brian Keith, Jay C. Flippen, Charles Bronson, Ralph Meeker, Olive Carey, Tim McCoy. 86’.
Posiblemente la mejor prueba del talento versátil de Fuller (que, con la excepción notable del crítico Manny Farber, ni siquiera sus defensores reconocieron en su momento, colocándolo en el mejor de los casos en la categoría de “buen salvaje”), El Vuelo de la flecha es un western crepuscular, épico sin esfuerzo, romántico cuando quiere, furioso por supuesto. Uno que comienza en el punto decisivo de la mitología americana, con la rendición del General Lee tras la batalla de Appomatox. El soldado sureño O’Meara se niega a aceptar la deshonra de la derrota y viaja al Oeste, donde rehace su vida entre los sioux. Pero el ejército construye un fuerte en las tierras de la tribu y O’Meara debe decidir de qué lado estará cuando se desate la inevitable violencia.
Sábado 7
19 hs. CONCIENCIAS MUERTAS (The Ox-Bow Incident, EUA-1943) de William Wellman, c/Henry Fonda, Dana Andrews, Anthony Quinn, Henry Morgan, Marc Lawrence. 75’.
Dos forasteros llegan a un pueblo que parece desolado. Llegan noticias de un crimen y los pocos hombres de la zona se organizan rápidamente para buscar y linchar a los culpables, algunos para saciar deseos de venganza, otros para demostrar su autoridad y otros porque, simplemente, no tienen nada mejor que hacer. Un filme devastador, que en tema y puesta en escena se adelantó varios años a su tiempo. Fue un proyecto personal de Wellman, quien aceptó un contrato leonino con la productora Fox a cambio de que le permitieran hacerlo.
Domingo 8
17 hs. DOS CONTRA EL DESTINO (Rawhide, EUA-1951) de Henry Hathaway, c/Tyrone Power, Susan Hayward, Hugh Marlowe, Jack Elam, Dean Jagger. 86’.
Un grupo de bandidos toma una posada y reduce a sus empleados, con la intención de asaltar la diligencia que debe pasar por allí al día siguiente. Hathaway elabora un suspenso casi insoportable con esta historia claustrofóbica, a partir de la descripción de las tensiones que se producen no sólo entre captores y capturados, sino también entre los mismos bandidos. El filme contiene una de las escenas más violentas del western clásico, cuando el más sádico de los asesino toma por blanco de tiro a un niño que gatea.
19 hs. EL VENGADOR DE SU PADRE (Terror in a Texas Town, EUA-1958) de Joseph H. Lewis, c/Sterling Hayden, Sebastián Cabot, Carol Kelly, Eugene Martín. 80’. Doblada al castellano.
El film fue escrito por el novelista y guionista Dalton Trumbo, quien estaba en la lista negra del macartismo y debió utilizar a Ben Perry como testaferro. También proscripto estaba el actor Nedrick Young, quien contribuyó al libreto sin recibir crédito. El film tuvo una producción austera y una distribución errática, por lo que nunca llegó a estrenarse en Buenos Aires (aunque se dio por TV). La falta de presupuesto hizo que Lewis optara por sacar partido formal de la austeridad y planteara casi todas las conversaciones en planos-secuencia, con movimientos de cámara breves y cuidadosamente calculados. Esa elección destaca, por contraste, los estallidos de violencia y carga de tensión el desenlace, que es fulminante y catártico.
21 hs. DÍA DE JUSTICIA (Decision at Sundown, EUA-1957) de Budd Boetticher, c/Randolph Scott, John Carroll, Karen Steele, Valerie French, Noah Beery Jr. 77’.
La premisa es semejante a la de algunos westerns de Anthony Mann: un hombre (Randolph Scott) llega a un pueblo buscando vengarse de otro (John Carroll), a causa de cierta acción innombrable cometida en el pasado. Pero pronto ese drama personal se desplaza hacia la responsabilidad colectiva que comparte el pueblo por aceptar la corrupción de sus jerarcas. Por su parte, la caracterización del villano crece hasta volverse tan interesante como la del protagonista y Scott empieza a comprender que sus motivos para vengarse son muy discutibles.