A principios de semana el presidente del Festival de Cine de Venecia, Roberto Cicutto, confirmó que el evento de este año será presencial incluso si Italia estuviera, como se prevé, bajo estrictas regulaciones de distancia social. Pocas horas mas tarde Alberto Barbera, director del Festival, brindó algún detalle mayor.
El Festival de Cine de Venecia 2020 «necesariamente será experimental», dijo Barbera, y agregó que habrá «barbijos, distanciamiento social» y muy probablemente «menos asistentes acreditados». Continuó: «Está claro que muchas películas internacionales no asistirán acompañadas de talentos que no quieran o puedan venir». En esos casos, Barbera dijo que utilizarán conferencias de prensa en línea que acompañarán aquellas proyecciones.
Con respecto a la posible asociación con el Festival de Cine de Cannes, que ha sido mencionado por el delegado general del evento francés, Thierry Fremaux, Barbera comentó que todavía no hay nada seguro. Sin embargo «una colaboración con el Festival de Cine de Cannes es una posibilidad». Esa colaboración sería «una forma de solidaridad hacia la comunidad cinematográfica que está pasando por un momento difícil sin precedentes».
En definitiva Venecia prepara una versión más pequeña de la tradicional y mucho más volcada a la cinematografía italiana. El optimismo de Barbera se basa en que espera que para septiembre el gobierno italiano permitirá que el Festival de Cine de Venecia opere bajo circunstancias especiales, incluso si los cines del país todavía estuvieran cerrados para las proyecciones comerciales.