Iraqi short Films (Argentina – 2008)
Dirección y Producción: Mauro Andrizzi / Montaje: Mauro Andrizzi, Francisco J. Vazquez Murillo / Duración: 94 minutos.
Mauro Andrizzi recoge en este film una importante cantidad de películas cortas, publicadas en internet, filmadas por diferentes actores de la invasión estadounidense en Irak, aquella que comenzó en marzo de 2006. Soldados norteamericanos, resistentes iraquíes, empresarios de armas que venden sus servicios, militares ingleses, todos ellos filman situaciones de guerra en el propio terreno y suben ese material a la red para compartirlas.
Los elementos de interés que aporta esta película son varios, especialmente dos: La violencia intensa que representa ver la guerra en el terreno mismo, con un registro directo, no mediado, no explicado, no integrado en un discurso político e institucional. Sino solo muerte, explosiones, sangre inexplicada. A la vez este registro directo muestra inobjetablemente la situación de destrucción sobre la ciudad (el espacio donde gente debe vivir su vida diariamente).
El otro aspecto interesante, que requiere además un análisis más profundo que esta pronta columna, es la compulsión extraña al registro de la totalidad, incluso ante la propia y cercana muerte. ¿Qué mueve a las personas a tomar registro de cualquier situación, como si todo debiera ser filmado? Esta es una pregunta que Andrizzi no hace, pero que deja circulando necesariamente en el espectador. ¿Es más importante filmar una situación que vivirla? ¿La experiencia no es tal si no tiene un registro compartible? Estás preguntas flotan tras la exposición de gran cantidad de registros diversos.
Tal vez el análisis de la situación política sea algo simplista. Las citas elegidas por el director son poco felices. Citar a Lawrence de Arabia, sin un contexto, sirve básicamente para replicar el “orientalismo” sobre el que se construye todo su discurso. Y pegar uno tras otro videos de los invasores y de los resistentes, sin mayor distinción y enfatizando las referencias divinas de los árabes, parece, cuanto menos, obra de un realizador algo confundido.
Daniel Cholakian
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