Llega “El grillo”, primer largo de ficción de Matías Herrera

El filme es un homenaje al dramaturgo, actor y titiritero Héctor ‘El Negro’ Grillo, a través de la historia de una mujer que lo evoca “como una presencia en ausencia” en la casa donde pasa sus días con su amante y una amiga que prepara una obra de teatro.

“Grillo fue un actor, dramaturgo y titiritero que dio mucho por el cine, el teatro y la poesía en la provincia de Córdoba y en Buenos Aires. Los títeres que aparecen en la película, que la protagonista guarda en un desván, son de él”, afirmó Herrera, quien se había destacado en el panorama cordobés con su documental “Criada”.

Protagonizada por María Pessacq, Galia Kohan y Martín Rena, la película describe la relación entre dos mujeres vinculadas al teatro y las artes que empiezan a convivir en una casa que las atrapa, refugia y aparta del afuera, y donde sólo ingresa de vez en cuando un amante que ayuda a cuidar el jardín.

Una de las mujeres es una reconocida actriz del teatro under que se encuentra preparando un monólogo para el estreno de su última obra teatral, mientras que la dueña de casa ocupa su tiempo buscando a su gata y trayendo permanentemente al presente el recuerdo de su marido, un titiritero recientemente fallecido.

“Me interesaba contar esta historia de cómo se arma una nueva familia que no tiene vínculo sanguíneo sino afectivo”, afirmó a Télam el cineasta, y añadió que “para eso la casa era importante, porque es el lugar donde todo debe desenvolverse”.

“De algún modo, la casa es como un oasis y su permanencia allí muestra que ellos pertenecen a una generación que vive un poco con miedo hacia el afuera, un miedo de lo que sucede en el exterior y a la violencia que vivimos como sociedad”, agregó.

Coguionista y codirector del documental “Buen Pastor, una fuga de mujeres”, película de creación colectiva junto a las ex-presas de aquella cárcel, Herrera Córdoba sostuvo que “lo que ensaya la amiga actriz que llega a la casa es un monólogo tomado del texto ‘Canción en la sangre’, del francés Jacques Prévert, que habla del afuera y habla de un dolor que se plasma tanto adentro como afuera de la casa”.

“Es un texto muy poético y político que alude un poco a la situación que viven ambas amigas, ya que pertenecen a una generación que un tiempo atrás estuvo en la calle, como militantes. Lo incluí como una reflexión sobre un pasado más feliz y activo del que viven ahora, ya que experimentan una especie de desgano”, explicó.

El cineasta recordó que Héctor ‘El negro’ Grillo “fue un gran motivador que en su momento luchó para que se pueda plasmar el arte en una pantalla o en un escenario y hoy tenemos la posibilidad de hacerlo realidad. En ese sentido, la película se vuelve un homenaje, y es lo que llevo a que esté esa ausencia plasmada en la trama, esa ausencia de alguien al que se menciona todo el tiempo pero a quien no vemos”.

“En Córdoba escribía textos, había viajado por todo el mundo junto a la compañía La Zaranda, y cuando se instala acá se pone a vivir bajo un puente, donde hacía una obra de teatro que se llamaba ‘Por una moneda’ y con ella empieza su recorrido por tratar de plantear un teatro fuera de las salas y la idea de transgredir y demostrar que se pueden hacer más cosas que las que se estaban haciendo”, señaló.

Para Herrera Córdoba, “la película también transgrede a lo habitual del cine porque retoma a la palabra como una posibilidad de expresión de pensamientos e ideas, propone una teatralidad dentro de lo cinematográfico. Eso es lo que me llevó a hacer lo que realmente quería hacer y no pensar tanto en lo que funciona y lo que no”.

Amante del cine de Ingmar Bergman y John Cassavetes, el director sostuvo que la película fue filmada en la casa de la viuda de Grillo, Mónica Leunda, “una arquitecta que fue una especie de mecenas para mí, porque me invitó a vivir allí sin pagar alquiler ni nada y me pidió que me dedicara a hacer una película”.

“Estuve dos años viviendo ahí, además de filmar la película, hicimos un teatro al aire libre y este verano vamos a llevar ahí las actividades del Cineclub La Quimera, del cual formo parte”, añadió.

En relación a la puesta en escena y las actuaciones, Herrera Córdoba señaló que “tenía tres registros actorales muy diferentes y el desafío era cómo hacerlos convivir en un mismo espacio. Fueron 14 días de rodaje y le debo todo a un equipo conformado por artistas, gente muy comprometida que se la pasó aportando talento y esfuerzo”.

Fuente: Telam

 

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