Linklater, sobre Boyhood: «El tiempo es el ladrillo con el que se construye el cine»

El pasado jueves llegó a los cines Boyhood – Momentos de una vida, una película rodada durante doce años. Su director, Richard Linklater, y su protagonista, Ellar Coltrane, revelan algunas claves de este revolucionario y ambicioso proyecto cinematográfico.

Filmada en pequeños periodos desde 2002 a 2013, Boyhood atrapa en imágenes el paso de la niñez a la adolescendia de Mason, el protagonista de la película. Un viaje épico e íntimo a través de la euforia de la niñez, los sísmicos cambios de una familia moderna y el paso del tiempo.

«Una vez que todos nos comprometimos con la idea no pareció muy difícil. Solo necesitábamos mucha paciencia», afirma Linklater que señala que la clave estuvo en «entregarte a la idea y saber que tendría que pasar mucho tiempo para conseguir el resultado final».

«Una vez aceptado eso disfrutar del proceso. Hicimos cada cosa en su momento, como en la vida: hay un objetivo que queremos conseguir pero la vivimos vida día a día, no es algo tan difícil», apunta el director.

En cuanto a Mason, el hilo conductor de la historia, Coltrane reconoce que «hay mucho de él en mí, sobre todo en ciertas dinámicas sociales. «Rick (Linklater) siempre me contaba por lo que Mason estaba pasando y lo comprabaos con mi propia vida. Usábamos mis experiencias y mi punto de vista para darle vida al personaje. Al final, se parece mucho a mí». «Me gusta pensar que se parece mucho a él», apostilla el director.

UNA HISTORIA EN CONSTANTE EVOLUCIÓN

Una evolución que también experimentaron los protagonistas adultos -Patricia Arquette, que da vida a la madre de Manson, y Ethan Hawke, que interpreta al padre- porque, como bien apunta Linklater, «la vida es muy diferente a los treinta que a los cuarenta». «Ethan y Patricia añadieron mucho de su crecimiento personal y el guión estaba diseñado para incluir todos esos cambios, incluso en mi forma de pensar», señala.

«Es algo totalmente único, no se trabaja así en la mayoría de películas», comenta Linklater quien señala que en el cine todavía «hay mucho espacio para la experimentación».

El director coincide con Coltrane en señalar la útlima escena de la película como la más emotiva de todas las que rodaron durante más de 12 años. «Fue agridulce y muy bonita. Fue precioso rodar la experiencia de Mason al mismo tiempo que yo me daba cuenta de que este proyecto, al que le tenía tanto apego, se estaba terminando».

«Hay que apreciar esos pequeños momentos, se trata de tu vida y el tiempo pasa muy rápido. Doce años pasan enseguida», sentencia Linklater que no duda en afirmar que «el tiempo es el ladrillo con el que se construye el cine».

Fuente: Europa Press

 

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