Jodorowsky: «No me quiero morir sin hacer dos o tres películas más»

  • El artista chileno de 84 años presentó su primer filme en más de 20 años, «La danza de la realidad,» en el Festival de Sitges.

El polifacético artista chileno Alejandro Jodorowsky, de 84 años, ha vuelto a dirigir cine, tras dos décadas de ausencia, con La danza de la realidad, un filme que no será el último, ya que según ha declarado a la prensa, no quiere morir sin «hacer dos o tres películas más».

La danza de la realidad, que se ha estrenado en Cannes y se proyectó en el Festival de Cine Fantástico de Sitges, es un largometraje inspirado en la infancia del propio autor, que se rodó en su localidad natal, Tocopilla, en la costa chilena. La película es una coproducción franco-mexicana, en la que también ha aportado dinero un productor chileno-japonés y el propio Jodorowsky.

«Vi que, si no ponía dinero, la cosa se iba a eternizar. Yo tengo paciencia, pero ya me quedan pocos años y no me quiero morir sin hacer dos o tres películas. He calculado que quizás me dé tiempo de cuatro», ha señalado. En esta película, Jodorowsky se reconcilia con su pasado y, especialmente, con su padre, un hombre autoritario que marcó su infancia.

El arte terapéutico
«Hago arte para sanar, para crear conciencia -ha aclarado el artista-, y la manera de sembrar conciencia es ver los problemas familiares y arreglarlos». En su opinión, «una película puede ayudar a cambiar el mundo», porque «el arte tiene la capacidad de conmover el alma». En este sentido, Jodorowsky dibuja una clara línea divisoria entre «el cine comercial, que sólo pretende entretener, obtener beneficios y dar fama a unos cuantos», y el cine «que te puede cambiar la vida».

«El Hombre Araña no te va a cambiar la vida -ha apuntado-, pero Tarkovski puede cambiar tu vida, y Un Perro Andaluz, de Buñuel, cambió mi visión del arte. De Avatar te olvidas, pero de la imagen de la navaja cortando un ojo no te puedes olvidar».

Las etapas de crisis como la actual, según Jodorowsky, son los mejores momentos para «tomar conciencia», y «la única manera de que las cosas cambien es tomar conciencia». El cineasta, que también es experto en tarot y terapeuta, ha aprovechado su paso por el Festival de Cine Fantástico de Sitges para imaginar el futuro que nos espera.

«EE.UU. caerá en 200 años, como cayó Rusia, y eso puede provocar una guerra mundial con armamento nuclear. También puede ser que reaccionemos a tiempo y lo evitemos», ha asegurado.

Cuando quiso adaptar Dune
Jodorowsky, francés de adopción e hijo de una familia de judíos rusos exiliados en Sudamérica, cree que el cine puede ayudarnos a reaccionar y cumple sin concesiones su creencia de que «filmar debe ser una experiencia vital que abra los límites mentales y ofrezca algo más que placer».

Así lo hace en La danza de la realidad, un ejercicio autobiográfico que parte de un hecho real para viajar con la imaginación. El Festival de Cine Fantástico de Sitges también ha proyectado un documental, dirigido por Frank Pavick, que relata los intentos quijotescos de Jodorowsky por llevar al cine la novela de ciencia ficción Dune, escrita por Frank Herbert en 1965.

El proyecto se inició hace 38 años y, finalmente, no vio la luz, a pesar de los esfuerzos titánicos de Jodorowsky, que consiguió involucrar a Salvador Dalí y al dibujante de cómics Jean Giraud, conocido como Moebius.

La cinta entrevista al autor chileno, a su productor y a otros protagonistas de este proyecto, para el que se calculó un presupuesto de 15 millones de dólares.

Todavía hoy, todos aquellos que se dejaron llevar por la convicción de Jodorowsky siguen pensando que hubiera sido la mejor película jamás realizada y que, aunque nunca se materializó, ha dejado huella en otras, como Star Wars, Matrix o Alien.

Fuente: EFE

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