Mary is happy, Mary is happy (Tailandia – 2013)
Dirección y Guión: Nawapol Thamrongrattanarit / Fotografía: Pairach Khumwan / Montaje: Chonlasit Upanigkit / Dirección de Arte: Rasiguet Sookkarn / Producción: Aditya Assarat / Intérpretes: Patcha Poonpiriya, Chonnikan Netjui / Duración: 125 minutos.
NO ES MOMENTO PARA WON KAR WAI
Basada en la recopilación de 410 tweets de @marylony, Nawapol Thamrongrattanarit realizó Mary is happy, Mary is happy, un filme que trasciende las posibilidades físicas de los aparatos tecnológicos y recupera su contenido virtual de la manera más analógica posible. Impresoras chorro a tinta y rollos de fílmico para la cámara fotográfica no sólo son el decorado vintage que está de moda sino que son parte de una fuerte crítica al consumismo y al sistema educativo tailandés.
Mary es una adolescente que inmersa en su mundo “rosa pastel” no puede evitar sentirse locamente enamorada y segundos después al borde del suicidio. Aunque parece rumbear sin un norte, ella sabe bien lo que quiere: vivir su mundo de ficción y ser amada. Su inseparable amiga, hará de mediadora en lo que en su ausencia podría ser una desesperada tragedia. Con el advenimiento del primer amor teñido de preguntas y respuestas sin sentido, de pronto el relato ingresa en la lógica que propone su realizador: una narración abrupta, en primera persona, llena de sentimientos primarios pero a la vez un tanto artificial. Situación que no molesta teniendo en cuenta la modalidad en la que se nos presenta: un montaje tipo collage.
En un tono cómico y muchas veces bizarro todo fluye en un ambiente colorido y musicalmente agradable, logrando con elementos precisos buenos momentos cinematográficos. Con planos arriesgados que ubican a los personajes de espalda, y una ansiosa cámara en mano, el filme logra generar empatía en un mundo de confesiones puramente femeninas.
Por Paula Caffaro
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