Esta vez once películas no hubieran sido suficientes para dar cuenta del enorme abanico temático y narrativo que ofreció el BAFICI 17, por eso las reseñas son quince.
Cuando el Festival es tan grande uno siempre tiene una mirada parcial como para hablar del Festival en toda su magnitud. Pero aun así, por la importancia de sus invitados (se destacaron nombres como los de Isabelle Huppert y Pascale Ferran), el estreno internacional de Jaco, la diversidad del cine argentino presentado y cierta coherencia en la programación creo que este fue uno de los mejores BAFICI de la década (aun así siempre hay cosas por mejorar, películas que nos hubiera gustado ver o espacios del planeta que podrían tener una representación más amplia en la programación).
RESEÑAS (El orden en el que están publicadas es completamente aleatorio).
1.P’tit Quinquin, de Bruno Dumont (Francia – 2014)
Hace 17 años Bruno Dumont irrumpía en el universo festivalero con La vida de Jesús, una película acética y radical que hablaba de la intolerancia y la discriminación en una Francia marcada por la desocupación. Esa fue la primera gema dentro de una obra vibrante y coherente.
La miniserie P’tit Quinquin, primer trabajo de Dumont para Televisión, está ambientada en una pequeña localidad rural. Sus más de 200 minutos esconden una intriga policial que va creciendo a medida que se suceden los cadáveres y queda manifiesta la ineptitud de la dupla de investigadores que intenta resolver el caso.
Pero la historia policial parece una excusa para ensayar una mirada melancólica sobre la niñez, retratar a una serie de personajes excéntricos y desplegar un abanico de recursos para trabajar un rasgo que estaba ausente en la filmografía de Dumont: el humor. Y todo lo realiza con idéntica precisión.
2.Chuck Jones: Programa 2 (Estados Unidos)
Poder ver, después de muchos años, una serie de clásicos cortos animados protagonizados Bugs Bunny, Lucas y Elmer permite observar la reiteración de la temática y los recursos humorísticos. Pero esa reiteración también permite descubrir, en la caza deportiva que practica Elmer, una mirada pesimista sobre la humanidad. Si a estos trabajos le sumamos Duck Rogers en el siglo 24 1/2, ese pesimismo encuentra su correlato en la reflexión sobre el sinsentido de la beligerancia, en años de guerra fría, la carrera armamentista y botones rojos.
Otros trabajos del programa (dos de su etapa para la Metro-Goldwyn-Mayer y el corto From A to Z-Z-Z-Z) muestran una obra más artística y personal. Hay una búsqueda poética y expresiva que en algún caso (The Bear That Wasn’t) demuestra la visión de Jones sobre el progreso y el futuro. Podríamos decir que detrás del animador se esconde un hombre filosóficamente punk.
3.Bird People, de Pascale Ferran (Francia – 2014)
Luego de una breve introducción en la que Pascale Ferran da cuenta de la subjetividad de una buena cantidad de pasajeros anónimos del transporte público, narra paralelamente la historia de dos personajes que confluyen en un espacio determinado: un hotel parisino cercano al aeropuerto.
Uno de los protagonistas de este filme es Gary, un ejecutivo de Silicon Valley que en medio de un viaje de negocios decide renunciar a su trabajo y a su familia a través de Skype. En ese hotel, donde Gary abandona su antigua vida, trabaja Audrey. Ella es una tranquila y sonriente mucama que pese a su encanto tiene facilidad pasa pasar desapercibida entre la multitud, incluso sobrevolándola.
Bird People es el retrato de un instante, un relato de alienación entre multitudes y cambios radicales. Un filme poético y atípico, de esos que aparecen cada tanto y se agigantan en la memoria y la emotividad del público más receptivo.
4.Theeb, de Naji Abu Nowar (Emiratos árabes / Qatar / Jordania / Reino Unido – 2014)
Ambientada en 1916 en la desértica región árabe de Hiyaz, que en aquel entonces formaba parte del imperio otomano, Theeb cuenta la historia de un viaje iniciático y feroz por el interior de ese desierto insondable.
Luego de la muerte de su padre, Hussein queda a cargo de su hermano menor, Theeb. Pero al oficiar de guía de un oficial del ejército británico Hussein deberá atravesar un espacio sin ley quedando a merced de mercenarios otomanos, revolucionarios árabes y asaltantes beduinos. Para colmo, ante el temor de quedarse solo, Theeb lo persigue y se une a la excursión. Esta es una historia de crecimiento y superación, una gran y dolorosa aventura por sobrevivir.
En Theeb, el debutante Naji Abu Nowar demuestra inteligencia y sobriedad a la hora de construir un relato cinematográfico sólido. También se destaca su habilidad para narrar a partir de planos con gran profundidad de campo que aprovechan y retratan la inmensidad del desierto.
5.The Royal Road, de Jenni Olson (Estados Unidos – 2015)
Paula Caffaro ya escribió en el sitio sobre esta película de Jenni Olson y se focalizó en la voz en off y la representación incorpórea de la subjetividad. Pero desde un punto de vista más lineal The Royal Road es un extraordinario ensayo cinematográfico que aborda la propia historia personal de la realizadora y la de un espacio físico que la contiene, une y distancia de su afecto: el camino real que unió a las misiones religiosas españolas a lo largo de alta y baja California.
6.Ming de Harlem, de Phillip Warnell (Estados Unidos / Bélgica / Reino Unido – 2014)
Esta es la historia real de Ming, Al y Antoine, tres seres de distintas especies: tigre de Bengala, Cocodrilo y humano. Los tres habitaron, a comienzos del siglo XXI, una vivienda social en las alturas de un departamento de Harlem, Nueva York.
El relato comienza con una cita del filósofo Jaques Derrida: “Thinking concerning the animal, if there is such a thing, derives from poetry”, que funciona como una suerte de manifiesto de la búsqueda que ensayará Phillip Warnell a lo largo de su relato.
Más tarde el realizador nos pondrá al tanto de la anécdota a través del material de archivo, en un procedimiento habitual, que merced a la temática abordada nos puede retrotraer a la brillante Grizzlie Man. El relato crece en poesía y profundidad, terminando de cristalizar como uno de los grandes filmes de este BAFICI.
7.Queen of Earth, de Alex Ross Perry (Estados Unidos – 2015)
Hace unos meses, en el Festival de Mar del Plata, podíamos ver Listen Up Philip, tercer largometraje como realizador de Alex Ross Perry. Allí contaba la historia de un joven escritor carente de inspiración que se codeaba con la intelectualidad neoyorkina en un relato tragicómico que parecía heredero (aunque diluido) del cine de Woody Allen.
En Queen of Earth, su nueva película, Perry demuestra una versatilidad llamativa. En este drama psicológico se pueden encontrar referencias a otros autores (la construcción de los planos recuerda a los dramas de Casavetes) o películas (temáticamente este filme se relaciona claramente con Repulsión de Roman Polanski) que se alejan completamente de su obra anterior.
Si bien Queen of Earth representa un crecimiento en se incipiente filmografía, también refuerza su principal problema. Detrás de sus innumerables aciertos (la dirección de actores, narrativa y puesta en escena) al relato le falta pasión y contundencia para ser una gran película.
8.L’âge des possibles, de Pascale Ferran (Francia – 1995)
Uno de los grandes aciertos del Festival fue presentar la retrospectiva de Pascale Ferran. Es una realizadora poco prolífica, que trabaja mucho antes de llegar a un rodaje. Su segunda película, L’Âge des possibles, es la excepción que confirma la regla.
Nacida a partir de un taller brindado para alumnos del Teatro Nacional de Estrasburgo, y escrita a partir de anécdotas conocidas de primera mano, L’Âge des possibles es un fresco sobre la juventud estrasburguesa en la década del 90.
La música, la ropa, las dificultades con el empleo, la forma de relacionarse, hablan del testimonio de un tiempo y un lugar que no es solo Estrasburgo, ya que se puede trasladar a Francia y a todo occidente en esos años de globalización y políticas neoliberales. El filme es ligero y bello, y da cuenta, una vez más (al igual que su más reciente Bird People) de la enorme sensibilidad de su realizadora.
9.Amor eterno, de Marçal Forés (España – 2014)
#LittleSecretFilm es un modelo de producción basado en una serie de normas que limitan las condiciones de rodaje. Luego de una serie de trabajos surgidos de este nuevo «dogma» ibérico se estableció un convenio de producción (con ligeras modificaciones en sus reglas) con el canal televisivo Calle 13. De esa asociación nace este trabajo, segundo largometraje del cineasta catalán Marçal Forés.
Amor eterno cuenta la historia de un profesor de chino mandarín que, fuera del horario laboral va al bosque de Montjuic (Barcelona) en busca de sexo casual o simplemente a saciar su deseo vouyerista.
De repente, casi sin poder evitarlo, el profesor empieza a relacionarse con un alumno. Primero solo parece ser solo sexo, frenético y pasional, más tarde esa relación se torna en obsesión para terminar girando una vez más, y completamente, el tono en la secuencia final. Forés construye un relato cambiante y oscuro (cada vez más oscuro), donde su principal virtud es poder controlar el pulso narrativo en todo momento.
10.Victoria (Alemania – 2015), de Sebastian Schipper
Otra vez voy a dedicarle unas líneas a una película cubierta en nuestro sitio. La crítica de Paula Caffaro sobre este filme es muy precisa y elocuente. Victoria es una obra con mucho nervio que transmite al espectador la experiencia vital que atravesará la protagonista a lo largo de las últimas horas de una madrugada en Berlín.
El realizador Sebastian Schipper apuesta a generarnos la sensación de que su filme está realizado a través de solamente un plano secuencia. Hay varias teorías sobre si tiene o no cortes y si fue rodada entera más de una vez, pero eso no es lo importante.
El hecho de que no haya ningún corte evidente y la película dure tan solo 140 minutos (metraje breve teniendo en cuenta la cantidad de situaciones y locaciones que atraviesan) atenta contra el verosímil del relato. Si la película tuviera un solo corte evidente (tal vez en la terraza) y estuviera construida en dos largos planos secuencias, no perdería tensión y ganaría en verosímil. Trabajar con un solo plano o buscar esa sensación, es más un ejercicio onanista que una decisión estética, ética o narrativa que le aporte algo al filme. Más allá de esa consideración Victoria es una de las películas de ficción más interesantes presentadas durante el BAFICI.
11.La niña de tacones amarillos, de Luján Loioco (Argentina – 2015)
La ópera prima de Luján Loioco está ambientada en pueblo jujeño imaginario. Su protagonista es Isabel, una adolescente de condición humilde que desea viajar a la capital de la provincia. Durante el primer tramo el filme retrata la forma en la que la joven se desenvuelve con sus amigas dentro de la comunidad.
La llegada al pueblo de obreros para construir un gran hotel, llevará a Isabel a enfrentar la violencia machista, desde las miradas lascivas de los recién llegados hasta prácticas más humillantes. Pero además, ella se descubrirá como un objeto de deseo e intentará aprovecharlo para cumplir su objetivo de salir del pueblo.
Loioco describe todo esto con notable precisión, solidez narrativa, belleza plástica y una banda original de sonido que nos traslada de inmediato hacia ese pueblo imaginario que describe. Aunque en su película la realizadora busca fundamentalmente denunciar la violencia machista, no es menos fuerte el rechazo que Isabel encuentra entre sus amigas frente a sus actitudes erráticas.
12.Placer y martirio, de José Campusano (Argentina – 2015)
José Campusano decide salir de su espacio de confort para sumar a su filmografía un contundente drama burgués. El filme cuenta la historia de Delfina, una mujer casada, dueña de una pequeña empresa de diseño, de alto nivel económico. En un evento conoce a Kamil, un misterioso hombre que la seduce con su poder y la envuelve en un juego de dominación.
Placer y martirio describe la evolución de Delfina según avanza (o no) su relación con Kamil, su fascinación, vacilaciones, decadencia y transformación final. En este sentido el trabajo de Campusano es notable, la mutación de Delfina frente al sometimiento está perfectamente retratado. La carnadura que le brinda una contenida Natacha Méndez le aporta matices a un registro de representación más cercano a la telenovela que al naturalismo tan buscado por la mayoría de nuestros cineastas.
13.Jaco (Estados Unidos – 2015), de Stephen Kijak y Paul Marchand
Los melómanos saben que Jaco Pastorius fue un artista único, una persona que revolucionó la historia de su instrumento, el bajo, y le sacó sonidos hasta entonces inimaginables. Su temprana muerte y las dificultades que se produjeron durante muchos años para acceder a su obra solo agigantaron su figura.
Hace algunos años el bajista Robert Trujillo se puso en contacto con la familia Pastorius y empezó a ocuparse de volver a poner en valor la obra de Jaco. Esta película es el resultado de cinco años de trabajo y hay en ella material de archivo, testimonios de familiares y músicos, incluida Joni Mitchell.
La película nos propone un viaje fascinante por la vida y obra de Pastorius. El músico prodigioso, el hombre perturbado, su talento, su ego y el trágico final. Jaco es una película que conformará a los melómanos e interesará a quienes no lo son, ya que su vida estuvo llena de matices y su música es deslumbrante. Pocas veces escuche algo como “Crisis”.
14.Microbús, de Alejandro Small (Perú – 2014)
Este mediometraje sigue el sinuoso recorrido nocturno de cinco jóvenes universitarios, cuatro amigos y un desconocido, por la noche limeña. Ellos dialogan, juegan, caminan, se producen desencuentros, se vinculan con la belleza y la naturalidad de la juventud, pero con la nostalgia de la etapa que se cierra delante de sus ojos.
Microbús seduce con espontaneidad e inteligencia, a Alejandro Small le bastan 44 minutos para hacer un profundo retrato generacional en este filme tan brillante como breve.
15.The Iron Ministry, de J.P. Sniadecki (Estados Unidos – 2014)
Este es un nuevo trabajo vinculado al Sensory Ethnography Lab de la Universidad de Harvard, cuyo apoyo hizo posible filme fundamentales del cine documental contemporáneo como Sweetgrass y Leviathan.
De hecho es fácil vincular este filme con Leviathan ya que ambas películas se valen de gigantes de acero para describir los universos que los habitan en ciertos tiempos y lugares determinados. The Iron Ministry, rodada a lo largo de tres años, comienza con la pantalla en negro y el sonido de los engranajes del tren que empieza a despertar de su letargo para unir puntos recónditos de la extensa geografía China.
A lo largo de todo el metraje Sniadecki observa a las personas que atraviesan China a bordo del tren. The Iron Ministry se propone como un trabajo de observación para describir anhelos, ansiedades y mecanización a través de una de las redes ferroviarias más grandes del mundo.
Por Fausto Nicolás Balbi
@FaustoNB
Foto del filme Microbus