Haneke: «Sin subsidios el cine europeo estaría muerto»

El cineasta Michael Haneke ha pasado las últimas semanas en el Teatro Real de Madrid para realizar los ensayos de ‘Cosi fan tutte‘, la ópera de Wolfgang Amadeus Mozart estrenada hace un año en este teatro y que será representada en Viena los días 2, 4 y 5 de junio dentro de la programación del festival Wiener Festwochen.

Haneke recibió a un puñado de periodistas esta tarde y sostuvo que es consciente de que para entender una ópera hace falta formación musical, lo que reduce el grupo social al que se dirige. El cine, en cambio, atrae a más gente y, en particular, se siente contento porque, a pesar de la complejidad del cine que realiza tiene una amplia aceptación del público.

Consultado por Amour el director se niega «radicalmente» a clasificar las películas que ha hecho porque cree que es contraproducente. «Con mi obra quiero hacer preguntas, que el público se active, pero si lo clasifico como triste el público tendrá esa concepción», explica.

EN BUSCA DEL «DESTINO INDIVIDUAL»

Al director de Funny games le interesa reflejar «los problemas de la actualidad», pero no proponerse temas; y le interesan los conflictos y lo que implican, pero no la propaganda política. Por ello, aunque en determinadas épocas «el arte incide sobre la política (y debe)», él prefiere dirigirse a las personas.

A Haneke le interesa el «destino individual» y para ello reconoce que es importante reflejar el entorno político, pero lo primordial es lo privado. «A nadie le interesan las tesis y la política en general tampoco», indica.

En respuesta a la pregunta de cómo refleja la intensidad y la violencia en sus películas, cuando en persona es alguien tranquilo y sosegado, el director bromea: «A lo mejor no soy tan bueno como parece».

En respuesta a esto, señala que hace películas porque algo le «remueve». Asimismo, afirma que no cree que sus largometrajes sean historias «duras», sino que las películas ‘mainstream’ son «tan mentira» que cuando alguien hace una película «normal» a la gente les parecen «raras» porque el cine ahora es «meloso y cursi»: «A la gente le gusta la calma, pero el arte debe inquietar».

Preguntado por idea de Europa, indica que si no fuera por las ayudas que se dan al cine europeo este habría desaparecido ante la «magnitud» del cine estadounidense y asiático. «A las puertas del acuerdo comercial entre Europa y Estados Unidos, Francia ha logrado sacar toda la filmografía de ahí. El cine europeo estaría muerto sin esos subsidios», destaca.

Fuente: Europa Press

 

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