Durante los primeros días de noviembre tuvo lugar en las salas del Hoyts Abasto la segunda edición el Festival de Cine Venezolano en Buenos Aires. En esta muestra que nos permite acceder a la intimidad la cultura Venezolana se ofreció un programa diverso que incluyó películas como Desde allá de Lorenzo Vigas (León de Oro en el Festival de Cine de Venecia), El regreso de Patricia Ortega (Premiada en el FICIP), y el documental El silencio de las moscas de Eliezer Arias, consagrada en el Festival Atlantidoc (Uruguay), entre otros filmes.
En esta nota nos enfocaremos en los dos documentales que se presentaron en la edición 2016. El silencio de las moscas, dirigida por Eliezer Arias, es una documental que se desarrolla en el Páramo de los Andes Venezolanos y retrata desde una perspectiva estética y sensorial el tema del suicidio. A través de los paisajes hermosos, la puesta en escena y los personajes van construyendo el tema de la muerte de un modo poético. Marcelina y Mercedes son madres cuyas hijas de la misma edad se han suicidado. A medida que escuchamos sus historias de vida se van conectando otras historias relacionadas con la muerte, el después de la muerte y como se evita hablar del tema entre los habitantes de la región.
La elección del director al presentar a sus personajes en silencio y exponer sus relatos mediante la voz en off nos lleva a involucrarnos sensorialmente a través de sus miradas a lo largo de todo el metraje. Las imágenes nos relatan de un modo simbólico el fenómeno del suicidio en las zonas campesinas de los andes venezolanos llevando al espectador a interpretar o a conocer en profundidad una realidad contemporánea.
Los 10 años de c4 trío es una película dirigida por Hernán Jabes. C4 Trío es una agrupación musical venezolana conformado por tres instrumentos llamados cuatro y un bajo eléctrico. El cuatro es un instrumento de la familia de la guitarra española que se diferencia por solo tener cuatro cuerdas y es base de la música folclórica venezolana. Esta película es una recopilación de temas y versiones de canciones que hacen homenajes a distintos artistas venezolanos, como lo son Oscar de León, Aquiles Báez, Desorden Público, El pollo Brito, entre otros. Con una duración de 2 horas y 30 minutos este trabajo, con una excelente producción, muestra la ciudad de Caracas mediante una transición del día a la noche, pero no desarrolla el punto de vista de los personajes, ni del director. Ante la imposibilidad, o la falta de interés por narrar este filme termina ofreciendo poco más que un disco en formato de video en el que el espectador asiste a un recital mediante imagen digital.
Una vez más tuvimos el privilegio de tener en nuestras pantallas Cine Venezolano y estos fueron algunos de los filmes que pudimos disfrutar durante 2016. Sería bueno que esta propuesta logre afianzarse para que nuestros pueblos y nuestras historias puedan seguir acercándose a través del arte y la cultura.
Por María Alejandra Sifontes
@merecusa