La serie de ficción corta DIGITAL SKIN inició su rodaje este jueves 7 de julio en Frankfurt, Alemania. Esta es una coproducción argentino-alemana. La serie tendrá una semana completa de filmación en Alemania y en una segunda etapa una semana en Argentina. Es un thriller de diez episodios de dos minutos de duración que cuenta la historia de Hanna, una introvertida joven alemana que pasa su tiempo mirando y deseando las vidas “perfectas” de los otros a través de las redes sociales, hasta que una aplicación (app) anónima le propone un cambio de identidad.
DIGITAL SKIN ganó los prestigiosos concursos de Desarrollo de Proyectos en Giessen, Alemania y el Premio a la Innovación Cultural en Frankfurt, Alemania, donde el jurado destacó a la coproducción argentina entre muchas propuestas de todo el mundo por “su inventiva e innovación en la forma de contar la historia y en la forma de distribución para que llegue a variadas audiencias.”
Esta producción de Cósmica (Argentina), Dobago Film (Alemania) y la plataforma Flixxo será protagonizada por la germana Elena Packhäuser y contará con la dirección de Gisela Benenzon y Alejo Rosemberg.
UN PROYECTO GLOBAL E INNOVADOR
Digital Skin es más que una serie corta, es un formato con características propias que lo construyen como tal. Se trata de una ficción compuesta por diez episodios de dos minutos de duración cada uno pero con un entorno transmedia en paralelo que nos permite expandir (y completar) la historia. De esta manera, la serie se propone como un formato novedoso, de capítulos cortos y temporadas de entre 20 y 25 minutos.
A su vez, Digital Skin es una coproducción entre Alemania y Argentina, que se filmará en ambos países con grandes talentos en su equipo técnico y elenco. Digital Skin es una serie que habla del momento que estamos viviendo. No deja a nadie afuera. Nos interpela a todos. Porque indaga en la Red. Esta Red que conecta a los personajes de la serie, Hanna en Alemania, Rafa en Argentina. Porque tiene un timing narrativo diferente. Porque su temática trasciende fronteras y se adapta a cualquier país. Y porque no necesita de un modelo de producción industrial para hacerse realidad.
Duración, ritmo, tiempo y trama se entrelazan para atrapar al público y construir la historia en veinte minutos totales con plot points cada dos minutos. De manera sutil pero contundente vamos contando la transformación del personaje, de su espacio, de su tiempo, en definitiva, de su propio universo que incluye también al espectador.