Close-Up (Irán – 1990)
Dirección, guion y montaje: Abbas Kiarostami / Producción: Ali Reza Zarrin / Dirección de Fotografía: Ali Reza Zarrindast / Sonido: Ahmad Asgari, Mahammad Haghighi / Intérpretes: Hossain Sabzian, Mohsen Makhmalbaf, Abolfazl Ahankhah, Mehrdad Ahankhah, Monoochehr Ahankhah / Duración: 98 minutos.
Pocos tipos realizaron una obra tan pareja, artística y comprometida a lo largo de más de tres décadas como Abbas Kiarostami. Close-Up (1990), presentada en el BAFICI en una versión restaurada y supervisada por el realizador, es un filme fundamental en la obra del cineasta.
Como la rara avis que es Close-Up surge, casi azarosamente, a partir de una nota de la prensa en la que se contaba como un señor de clase baja (Sabzian) se hizo pasar por el consagrado cineasta Mohsen Makhmalbaf y durante un par de semanas estuvo varias horas en la casa de una familia de clase acomodada.
Además de documentar el hecho, su posterior juicio, y de ficcionalizar varios momentos claves del relato, Kiarostami reflexiona sobre el cine (y su público) en la Irán de aquellos días. Piensa en la representación que se hace de los cineastas dentro de esa sociedad y en la división de clases. En esta casa ajena Sabzian nos hace recordar al protagonista de Crimson Gold (escrita por Kiarostami y dirigida por Panahi) sorprendido ante la inmensidad de un departamento fastuoso.
Pese a que por momentos el filme pueda generar la sensación de que se trata de un documental puro, la manipulación y la puesta en escena son fundamentales para el éxito del filme. Por ejemplo, en la secuencia final el micrófono estaba en perfectas condiciones, pero al relato le resultó más funcional que esté roto para que se entiendan unos pocos diálogos. En definitiva Kiarostami juega con los límites entre realidad y ficción para construir un híbrido sorprendente.
Por Fausto Nicolás Balbi
@FaustoNB