Crítica: My mexican bretzel (2019) de Nuria Giménez

My mexican bretzel (España – 2019)
FIDBA 2020: Competencia Internacional – Premiere Sudamericana
*Disponible gratis en Espanoramas desde el jueves 10 de junio de 2021 (hasta agotar el límite de reproducciones)

Dirección, Guion, Producción, Montaje y Sonido: Nuria Giménez / Fotografía: Frank A. Lorang, Ilse G. Ringier / Duración: 93 minutos

Este documental – a revelarse en su visualización como docu ficcional – es de un carácter singular, tanto en su propuesta argumental como en su tratamiento estético. El uso de los recursos visuales y sonoros nos presentan ante todo un personal constructo formal.

La mentira es solo otra forma de contar la verdad es la cita de un aforismo de Paravadin Kanvar Kharjappali que abre la película sobre negro. A partir de allí una serie de imágenes de archivo en blanco y negro que parten de la imagen de un buho, un insecto que camina sobre la tierra, el sonido de un aleteo. Así con asociaciones visuales como la de un cielo gris , nos encontramos con una secuencia de aviación que data de los años 50/60 si podríamos referir con cierta exactitud. Y el inicio mudo de un texto en off que habla sin sonidos.

A esta presentación se suma una serie de imágenes familiares en aquellos colores estridente del Super 8 que construyen junto a ese subtitulado vacío de sonido un relato de observación a la vez que reflexivo, constituido en su totalidad por material de archivo.

Nuria Giménez la realizadora de este filme personalísimo, nos presenta material de sus abuelos, lejanos familiares y otros tiempos creando un retrato vincular construido ante todo como un ejercicio de estilo. La narración escrita presenta fragmentos tomados del diario de Vivian Barrett sobre imágenes filmadas por León Barret entre las décadas de 1940 y 1960, protagonistas del filme, viajeros de este recorrido resignifcado por la realizadora.

El trayecto, bello y hasta muchas veces íntimo, no se presenta como un terreno llano para la comprensión del espectador que busca sostenerse con el argumento nítido y la materialidad del sonido, las voces o diálogos que casi no dan cuenta de su presencia en esta historia. Algunos pasajes sonoros, alguna melodía inesperada pero ninguna voz audible. Las palabras se expresan escritas en la pantalla como una voz en off sin audio. Esa voz nos cuenta en primera persona un relato de vivencias y traza la argumentalidad del relato que deviene en lo visual más bien fragmentario y no lineal. Un viaje que se va resignificando en su derrotero.

La belleza plástica de las imágenes que construyen el filme es notoriamente uno de sus puntos esenciales, no solo por el cuidado estético- formal sino por el mismo origen del material. Un viaje, unos turistas, la vida de la gente en distintos lugares, barcos, aviones, noches, días y sobre ese material casi anómico Nuria construye un relato documental y a la vez ficcional.

La cita que encabeza el relato cobra significancia cuanto más avanzamos en el camino del filme. La mentira es solo otra forma de contar la verdad es el hilo conductor del sentido de My mexican bretzel en una ficción construida por aquellas imágenes usurpadas de lo real.

Por Victoria Leven
@LevenVictoria

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