Afire / Roter Himmel (Alemania – 2023)
BAFICI 24: Panorama Autores
Dirección y Guion: Christian Petzold / Producción: Anton Kaiser, Florian Koerner von Gustorf, Michael Weber/ Fotográfia: Hans Fromm / Montaje: Bettina Böhler / Intérpretes: Paula Beer, Thomas Schubert, Enno Trebs, Langston Uibel, Matthias Brandt / Duración: 102 minutos.
Este singular filme que se estrenó en el marco del BAFICI 24, nos trae un contexto diferente al típico de los relatos que ya conocemos de su director. La textura y los matices de género nos invitan una vez más a disfrutar, con otros juegos, de la maestría del realizador germano Christian Petzold.
Un grupo de personajes se reúnen en una casa de vacaciones, cada uno enredado en sus pequeñas neurosis: el escritor enloquecido y su amigo terminan encontrándose por los caprichos del azar y la comedia con una joven inquietante, Najda que habita en la casa de manera no planeada. Y en las polleras de Najda aparece la musa que habita en los últimos filmes de Petzold: Paula Beer.
El clima que genera el espacio visual y la dinámica vincular entre los personajes parece más cercana a nuestro querido realizador francés Éric Rohmer que a los personajes abismales que reconocemos nítidamente en los filmes más radicales de Petzold como “Phoenix”, “Bárbara” y “Transit”. Pero eso que se presenta algo suave, digresivo o liviano, va dejando huellas en el camino la narración, marcas, indicios, elementos que más adelante colapsaran su sentido en una escena fulminante.
La red vincular va creando una alquimia a la vez que una tensión, que se enreda y crece milimétricamente, aunque creamos no tener data de hacia donde va a cristalizar. Lo imprevisible, lo inesperado que apenas puede ser intuido, pero jamás podríamos predecir es lo que se alza con el filme entero en la secuencia que hace honor a su título en alemán “roter himmel”, literalmente “cielo rojo” y una fogata se adueña de la historia para que la catástrofe aparente, la urgencia y la sorpresa se ocupen en el fondo de velar una reflexión filosófica acerca de la relación que tenemos con los otros y con el mundo que nos rodea.
La atmósfera de cada escena nos acaricia, nos envuelve, nos seduce. La fotografía y cámara se adueñan del espacio. Mientras que la música siempre tan cuidada en sus obras nos abraza. Somos cooptados por unas horas, entregados al lenguaje y sus formas, porque el cine de Petzold, es cine. Es cine en estado puro.
Por Victoria Leven
@LevenVictoria